El caso Rubiales visto desde las redacciones extranjeras

Los deportes españoles siempre proporcionan muchos reportajes y transmisiones en directo a los corresponsales, así que este agosto esperaba cubrir la reacción en los bares españoles y las zonas de grandes pantallas de la final entre la Roja y las Lionnes en Australia, la llegada del trofeo a Madrid y el paseo de gloria por las calles de la capital. Lo que no esperaba fue que un momento protocolario en Sídney se transformara en un verano de noticias por el mal comportamiento de un hombre poderoso, pero hasta entonces poco conocido en las redacciones al extranjero.

Me llamaron de muchas radios y televisiones británicas, irlandesas y francesas. Algunos de los presentadores que me entrevistaron habían visto en directo el beso de Rubiales a Jenni Hermoso. “Estaba gritando a la televisión: ¡¿Qué haces?!”, me comentó un presentador británico antes de nuestro boletín. “Básicamente un hombre neandertal, que se toca sus partes, está eclipsando la victoria de estas campeonas”, resumió una presentadora de una radio irlandesa tras escuchar los últimos sucesos.

La pregunta más frecuente que recibí fue cuál fue la reacción en España. “¿Quién era toda esa gente que aplaudía?”, me preguntaron viendo las imágenes del discurso de Rubiales a la Asamblea Extraordinaria de la Federación. Un presentador de la BBC quería asegurarse de que besar a una persona en los labios no fuera costumbre española.

No fue una duda que compartieran los compañeros de Francia, un país vecino con la misma costumbre de hacer “la bise” (los dos besos) en las mejillas. “Todos sabemos que España es puntera en la lucha contra la violencia de género”, observó una presentadora francesa. Me preguntaron si había machismo en el mundo de los deportes españoles, si los futbolistas masculinos habían reaccionado al beso.

En mi última columna hice la reflexión de que igual Sadiq Khan hubiera tenido más comprensión en España para su campaña antimachista en la cual sale un hombre sexista ridiculizando a las futbolistas. Ahora parece que Rubiales ha encontrado más defensores en los medios ingleses que en su país de origen, eligiendo al presentador polémico Piers Morgan, que muy a mi pesar fue al mismo colegio de periodismo, Harlow College, que yo, para contar que iba a dimitir.

Recordáis quizás que fue Morgan quien salió enfadado de Good Morning Britain, uno de los programas más vistos de la mañana en el Reino Unido, dónde fue uno de los anfitriones, por no querer escuchar a sus compañeros discrepar de sus críticas a Meghan, la Duquesa de Sussex: Dejó la cadena después de aquel programa, después de miles de quejas al regulador de las televisiones, que le criticó por su “aparente indiferencia” al tema de suicidios.

En una tertulia cómo señuelo de su entrevista exclusiva con Rubiales,  dos de las tres periodistas mujeres invitadas defendieron al expresidente de la RFEF de la acusación de agresión sexual, riéndose ante la hipotética idea de cómo una futbolista leona hubiera reaccionado si el presidente de la Federación Inglesa – el Príncipe Guillermo – la hubiera besada durante la entrega de la Eurocopa el año pasado. “No creo que hubiera algo sexual en el beso”, opinó Sarah Vine, columnista del Daily Mail. “Todo el mundo estaba besando a todo el mundo”. “¡Son españoles!” exclamó la tertuliana Esther Krakue.