La RFEF apuesta por Markel Zubizarreta para hacerse cargo de la dirección y gestión del fútbol femenino español

La Real Federación Española de Fútbol sigue inmersa en un proceso de restructuración interna liderado por su todavía presidente en funciones Pedro Rocha, que avanza, aunque sea lentamente; y parece haber encontrado ya al candidato idóneo para asumir las funciones pendientes en el área más delicada: la dirección y coordinación del fútbol femenino.

Una parcela que no contaba con un alto cargo asignado específicamente a esa gestión del ámbito deportivo del fútbol femenino, y que bajo el régimen de Luis Rubiales contaba como único ‘cabecilla’ con el presidente del Comité Nacional de Fútbol Femenino y vicepresidente de la RFEF, Rafael del Amo, apoyado por el exseleccionador Jorge Vilda.

Las jugadoras, declaradas todavía alguna en rebeldía, exigieron múltiples cambios y uno de ellos, además de los más importantes y sobre los que más insistieron, fue la creación de esa figura intermedia de referencia para ellas. Un privilegio y una responsabilidad que recaerán, como ha adelantado El Periódico, en dos eminencias de la dirección deportiva en fútbol femenino como son Markel Zubizarreta (Mondragón, 1985) y su mano derecha Gonzalo Rodríguez (Badajoz, 1995).

Zubizarreta, hijo mayor del legendario portero vasco Andoni Zubizarreta, emuló a su padre, que llegó a ser el máximo responsable del Barça en la parcela deportiva junto a Bartomeu, sirviendo al FC Barcelona durante seis temporadas, dirigiendo y organizando su equipo de fútbol femenino desde 2017 a 2023, cuando en septiembre anunció que no seguiría pese a los numerosos frentes abiertos del club catalán en dicha sección. 

Una decisión que ahora tiene más sentido que nunca, pero que por su trayectoria parecía precipitada. Junto a Rodríguez, Markel Zubizarreta se convirtió en el diseñador y arquitecto del mejor equipo de fútbol femenino del mundo y algunos se atreverían a decir que de la historia, y con razón. Con un modelo de gestión impecable, transformó a un Barça que ya era la primera potencia nacional pero contaba con menos medios que otros gigantes en una máquina de jugar bonito, de golear y de ganar, con dos Champions incluidas bajo el brazo.

Credenciales suficientes para que las jugadoras campeonas del mundo, teniendo en cuenta que el núcleo duro de la Selección había trabajado en el Barça con Zubizarreta, recomendasen su contratación y la exigiesen como uno de sus requisitos indispensables para seguir siendo convocables. Una situación que, sin que nadie lo advirtiese, fue la que le empujó a dejar el Barça teniendo contrato hasta junio de 2024, animado también por sus dudas ante el futuro de una sección englobada en el club catalán dentro de la categoría de polideportivo, y no de fútbol. 

Por todo ello, Zubizarreta se convertirá a partir de esta semana en el único y máximo responsable de toda la estructura del fútbol femenino español, ya modernizada, avalado por las estrellas de la Selección, que recomendaron encarecidamente su nombre en las conversaciones de Oliva (Valencia). Un nuevo puesto cargado de responsabilidad y de expectativas, en el que aglutinará en su figura todo el poder que se repartían en el antiguo régimen Rafael del Amo y Jorge Vilda.