Final de la Copa del Rey entre Real Madrid y Osasuna: David contra Goliat

El club más laureado del continente contra uno que solo ha pisado la Champions en una ocasión. El vigente campeón de Liga –por poco tiempo, eso sí–, contra un equipo más acostumbrado a pelear por evitar el descenso. Un equipo de la capital de España contra uno de una ciudad que supera, por poco, los dos centenares de miles de habitantes. El segundo presupuesto de la competición española contra el decimotercero. Y, sin embargo, a un partido todo es posible, más si es una final de la Copa del Rey. Mañana, a las 22 horas en La Cartuja sevillana, un David vs Goliat en versión futbolera.

Todo parece tan de cara para que el conjunto blanco gane, nueve años después, el torneo del KO, que el partido tiene un olor a trampa indudable. Bien sabe el Real Madrid lo que es llegar como el grandísimo favorito y acabar ‘trasquilado’, con la final copera de 2002 como el ejemplo más recordado. 

En aquel partido, el inolvidable ‘Centenariazo’, el equipo madridista recibía al Deportivo de la Coruña en el Santiago Bernabéu con todo a favor y una celebración ya preparada para homenajear los 100 años del club blanco. Pero aquel equipo de Diego Tristán, Sergio, Valerón, Fran, Mauro Silva, Scaloni, Molina, Naybet y compañía se llevó el partido (1-2) y aguó la fiesta madridista que ya estaba preparada.

Algo similar sucedió dos años después, en 2004, en la final conocida como la del ‘Galletazo’. Un gol de Galleti en la prórroga le dio el triunfo al Zaragoza (3-2) en una competición que a veces parece maldita para el Real Madrid, acostumbrado a dominar con puño de hierro en el continente y a la vez –incluso en la misma temporada– tener sonados batacazos en la competición copera.

Con esos precedentes, conviene tener prudencia a la hora de hablar de la condición de favorito del Real Madrid. El equipo de Carlo Ancelotti ha demostrado en esta temporada ser capaz de lo mejor – el 0-4 en el Camp Nou, su trayectoria arrasadora hasta ahora en la Champions…–, pero también de lo peor. En la Liga, sus tropiezos han sido constantes hasta quedarse a 14 puntos del líder de la competición, el FC Barcelona, e incluso ser superado en esta última jornada por el Atlético de Madrid.

Uno de los grandes problemas del equipo blanco está siendo la concentración, tomarse los partidos como si de uno de Champions, digamos, fuera, y aun siendo una final, de nuevo le puede pasar al Real Madrid mañana. La cercanía del partido de la Liga de Campeones ante el Manchester City (solo tres días después, el martes en el Santiago Bernabéu) puede condicionar mentalmente a los jugadores madridistas.

Y luego está Osasuna, que también juega. Y vaya que si juega. El conjunto navarro está completan do una de las mejores temporadas de la historia, ahora octavos en la Liga pero con la sensación de que el torneo del KO le ha hecho estar más atrás de lo que podría haber conseguido. Sin ir más lejos, este martes salió con un equipo plagado de suplentes en el Camp Nou y, pese a jugar con diez más de una hora, solo cedió en el minuto 86, cuando llegó el 1-0 final de Jordi Alba para el Barça.

Aunque el Real Madrid no tiene que irse a ese enfrentamiento. Este mismo año, empate en el Bernabéu (1-1) y victoria blanca con mucho sufrimiento en El Sadar (0-2). Así las cosas, espera un David contra Goliat sobre el papel. Pero conviene recordar bien que, en la popular historia de la Biblia, ni David era tan débil como parecía, ni Goliat tan poderoso como quería aparentar. Va a ser una final que se jugará de tú a tú.