Si tu “higiene personal te resulta incómoda”, ¡lárgate!

Una nueva normativa adoptada en las bibliotecas de Montreal de varios distritos, en relación con las personas sin hogar, está suscitando polémica.

La moción propone: si una persona cuyo olor resulta demasiado molesto para los usuarios de la biblioteca, un empleado podría pedirle que abandone el local. Sería, por tanto, una forma de desalojar a las personas sin hogar o vulnerables de estas bibliotecas, aunque se trate de un lugar público.

En estos cambios normativos, el Ayuntamiento de Ville-Marie indica que una persona no puede bajo ningún concepto dormir en el establecimiento. El hecho de “utilizar los locales, el mobiliario y el equipamiento para fines distintos de los que corresponden a la misión de las bibliotecas, en particular para dormir”, señala.

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Además, un empleado tendría derecho a pedir a un usuario que abandone las instalaciones, si su “higiene personal molesta a otros usuarios o al personal”, se lee.

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Además, el reglamento propone que una persona que tenga “chinches en sí misma o en objetos en su posesión o cuando una infestación de chinches esté activa en su residencia” no pueda frecuentar las bibliotecas.

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¿Una regulación no inclusiva?

Para el presidente de Mission Old Brewery, James Hughes, se trata de una normativa que va en contra de los valores defendidos por Montreal. “Creará tensión. No es la inclusión lo que buscamos en Montreal, estos no son nuestros valores. Este reglamento debe ser revocado lo más rápido posible”, insiste.

Las bibliotecas siguen siendo lugares públicos que “pertenecen a todos”, señala Hughes. Por eso, es importante adaptarse y no poner multas a estas personas que se quedan sin hogar. “¡Multar a estas personas entre 350 y 1.000 dólares es inimaginable!”, concluye.

La alcaldesa Valérie Plante se defendió el viernes de las nuevas normas, mencionando que “en ningún caso la discriminación tiene cabida en Montreal”, se lee en una publicación X.

Así, se modifica “la redacción de la nueva disposición en el reglamento de bibliotecas”.

Finaliza sosteniendo que las bibliotecas de Montreal “siempre serán lugares inclusivos, seguros y acogedores para todos”.

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