Rubiales, tres años de inhabilitación por su beso a Jenni Hermoso

El futuro de Luis Rubiales, expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ya está claro. El Comité Disciplinario de la FIFA ha dictaminado una sentencia firme y ha optado por inhabilitar al exmandatario durante tres años por su beso sin consentimiento a Jenni Hermoso en la final del Mundial.

La sentencia, firmada por Jorge Iván Palacio y con 35 páginas, inhabilita a Luis Rubiales por comportarse de manera contraria a los principios expuestos en el artículo 13 de su Código Disciplinario. El expresidente no podrá tener relación alguna con la cualquier actividad futbolística federada, desde organizar un partido hasta ocupar algún cargo.

“Toda persona que atente contra la dignidad o la integridad de un país, una persona o un colectivo de personas empleando palabras o acciones despectivas, discriminatorias o vejatorias (por el medio que sea) por motivos de raza, color de piel, origen étnico, nacional o social, género, discapacidad, orientación sexual, lengua, religión, posicionamiento político, poder adquisitivo, lugar de nacimiento o por cualquier otro estatus o razón será sancionada con una suspensión que durará al menos diez partidos o un periodo determinado, o con cualquier otra medida disciplinaria adecuada”, afirma el artículo 13 en el que se basa la sanción.

Esta sentencia firme llega después de que el pasado 26 de agosto la FIFA ya decidiera suspender a Rubiales durante 90 días de toda actividad relacionada con el fútbol. Ahora él podrá deducir ese periodo de sanción del castigo final, según reza el artículo 51.3.

No solo se sanciona a Rubiales por el beso sin consentimiento a Jenni Hermoso, puesto que también han incidido otras acciones como el tocamiento de sus genitales, lo cual la FIFA considera un gesto “del siglo pasado, con tendencia misógina”.

Además, también cree que “España es un ejemplo de igualdad de género y que ese gesto no se puede consentir en una zona VIP con presencia de personalidades. Este gesto no se corresponde con la realidad de España. No convence las explicaciones dadas a un gesto sexista”.