La historia de Murtaza Ghulam Sadpara, el sherpa invisible rescatado en el Broad Peak que ha llegado a España y ha salvado la vida gracias a varios ángeles de la guarda
Written by rasco on October 12, 2023
El pasado fin de semana llegó al País Vasco el porteador de montaña paquistaní Murtaza Ghulam Sadpara quien, al desempeñar su trabajo en servicio a varios alpinistas, sufrió congelaciones severas en los dedos y casi perdió la vida a 8.000 metros en el Broad Peak (8.051 m) en el pasado mes de julio.
Como reportamos en su día, la temporada de este verano quedó marcada para siempre con la muerte del porteador paquistaní Mohammad Hassan, quien agonizó y murió en la ruta de ascenso de la segunda montana más alta del mundo, el K2 (8.611 m) , mientras decenas de alpinistas comerciales pasaron por encima de su cuerpo y nadie ayudó a bajarlo de la montaña. La noticia recorrió el mundo entero en su día.
Dos semanas antes de la tragedia de Hassan, en otro ochomil que está cerca del K2, el Broad Peak, pasó algo parecido, pero con un desenlace diferente, gracias a unos ángeles de la guarda que rescataron a otro porteador paquistaní, a Murtaza Ghulam Sadpara de 21 años, padre de dos hijos, de profesión peón y que trabajaba como porteador de montaña para una de las agencias.
Ghulam Sadpara (pariente del legendario Ali Sadpara fallecido en el K2 invernal en febrero de 2021), estuvo acompañando a unos alpinistas mejicanos. Su labor fue cargar con material, como por ejemplo, botellas de oxígeno suplementario para los clientes, y ascendía con el grupo sin el uso de oxígeno suplementario para sí mismo, con una mochila que pesaba más de 35 kilos.
A unos 8.000 metros de altura, Murtaza colapsó tendido en la nieve y su estado de salud empeoraba rápido con el paso de los minutos. Mientras sus clientes seguían hacia la cumbre, Sadpara poco a poco empezó a apagarse. Por suerte, un alpinista austriaco de otro grupo encontró al hombre semiinconsciente, y sin pensarlo dos veces, decidió abortar la ascensión para socorrer al moribundo. Lo arrastró un campo más abajo, tramo que le tomó casi el día entero. Allí, otras dos o tres personas ayudaron a estabilizar a Sadpara y, el día siguiente, un guía extranjero (el único que contestó la llamada de socorro) subió a más de 7.000 metros. Con el esfuerzo conjunto pudieron bajar a Ghulam Sadpara al campamento base. Dado que los guantes del porteador se habían mojado con la nieve y estuvo mucho tiempo en la zona de la muerte, el hombre sufrió graves congelaciones en los dedos, llegando a tener necrosis en los falanges.
Lamentablemente, sus falanges no son salvables y tendrán que ser amputadas. Su pariente Sajid Sadpara contactó con el alpinista Alex Txikon para pedirle ayuda y este enseguida se puso manos a la obra y empezó a organizar el viaje del porteador a España, implicándose personalmente en los gastos y creando asimismo una cuenta de Bizum y una plataforma de crowfunding para poder recolectar dinero para la intervención y atención médica en nuestro país. En las labores de organización y coordinación Txikon contó con la ayuda de Sebastián Álvaro, Eneko Garmendia, Louis Russeau, y Akhond Ishaq, entre otros. La ayuda del embajador de España en Pakistán José Antonio Ory Peral fue también de mucha importancia.
Así, entre todos han logrado que Murtaza Ghulam Sadpara haya podido llegar a España y sea tratado aquí.
Los hombres invisibles
Los porteadores paquistaníes, a diferencia de los sherpas famosos de Nepal, son casi invisibles (de hecho, hay una película en homenaje a ellos con este título), a pesar de hacer un trabajo sacrificado y peligroso en las montañas. Se les paga una cantidad ridícula de dinero por subir a los ochomiles y la propina que reciben si el ataque a la cima es exitoso es poquísima también. A menudo carecen de equipamiento y ropa adecuados para el trabajo, y cuentan con pocas oportunidades para acceder a la formación adecuada que se les garantice de parte de los empresarios de las agencias, a menudo locales.
Con el incremento del número de expediciones en las altas montañas de Pakistán, emplean cada vez a más porteadores, pero sin que su puesto cuente con las medidas de seguridad necesarias con las que un empleado debería contar.
Cuando la comunidad montañera sea una piña para ayudar a estas personas, tal como lo han hecho ahora Txikon y compañeros, podremos decir que los alpinistas realmente consiguieron llegar a la cumbre, que no se hace sólo pisando la cima, sino más bien aportando solidaridad a los necesitados.
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