Girona, en directo: última hora, resultado y goles de la decimosexta jornada de Liga

‘SúperGirona’ en Montjuic para grabar en solitario en lo más alto de la tabla de la Liga el nombre del equipo de autor de Míchel. Y por todo lo alto, además: llevándose el derbi catalán reventando a un Barça (2-4) que se queda a siete puntos de la cabeza.

Una asfixiante presión muy arriba fue la carta de presentación de los de Xavi Hernández, cada vez más cerca del área de Gazzaniga a medida que pasaban los minutos. Sufría el Girona —que pecó de nervios haciéndose un lío en defensa que por poco le cuesta un gol— ante un Barcelona obligado a ganar para meterse de lleno en la pelea por la Liga. Pero ya saben lo que dicen: nada es lo que parece.

Cuando peor parecía que lo pasaban los de Míchel, Yan Couto se inventó un pase en largo medido que descubrió todas las carencias defensivas de la zaga culé. Tsygankov la cazó para arrancar solo en velocidad, pisar el costado del área y ponerla para Dovbnyk, que no perdonó. Conexión ucraniana para sembrar el caos en Montjuic.

El gol no afectó al Barça: sacó de centro y se aferró al área gerundense. Solo cinco minutos necesitó para hacer el empate. Lo hizo a balón parado con un testarazo ‘made in’ Lewandowski Airlines. El polaco voló más alto que nadie para clavarla en la red sin darle oportunidad a Gazzaniga de repelerlo.

Empezaba de nuevo el partido. Y solo habían pasado 20 minutos desde el pitido inicial. Con el duelo ya más roto, y el líder más tranquilo y seguro de su juego, empezó un intercambio de golpes. El meta argentino se hizo grande para sacar con la rodilla un remate a bocajarro de Cancelo —tras un taconazo de Joao Félix— y Raphinha le echó otro cable con un error detrás de otro en la toma de decisiones. Mientas, en el otro costado, Miguel Gutiérrez avisó dos veces.

A la tercera, destrozó la escuadra de Iñaki Peña ante la parsimonia del equipo blaugrana, que le permitió avanzar desde el centro del campo hasta el área sin cruzarse en su camino y disparar con el exterior de su zurda al pisar la zona de castigo. Regalo del canterano madridista a su Girona para llevarlo al descanso por delante en el marcador —pese a que Lewandowski tuvo las tablas en un balón de Pedri al que no llegó—.

Ni el paso por vestuarios ni el triple cambio de Xavi a los 20 minutos de segunda parte —Ferran Torres, Balde y Lamine Yamal, por Joao Félix, Christensen y Raphinha— le cambiaron la cara a un Barça que amenazó, sobre todo, desde fuera del área.

Solo Gündogan parecía enchufado y con ideas, aunque sin acierto. Y el tercero le cayó al Barcelona como un mazazo, especialmente porque volvió a dejar en evidencia a su defensa. Stuani bajó ante Araujo un balón largo, y Valery se la coló entre las piernas a Koundé para plantarse solo ante Peña y ajustarla al palo.

El Girona se vino arriba, cargado de moral, y los culés se hicieron pequeños, viendo que no había manera de cambiar la dinámica de un partido en el que estaba más cerca el cuarto de los albirrojos que el segundo de los blaugranas. Pero Savinho no acertó y Gündogan se iluminó para darle emoción al final con un cabezazo directo a la red.

En el desconcierto del gol, Lewandowski pudo hacer el 3-3 con otro testarazo, pero Stuani rompió el sueño con la sentencia casi sobre la bocina, otra vez dejando en evidencia a la defensa del Barça. Un 2-4 del asombroso Girona para cambiar la historia —nunca había ganado al FC Barcelona— y aprovechar el pinchazo del Real Madrid para ser líderes en solitario.