el tiempo y los resultados le dan la razón al asturiano

Este martes 1 de agosto se cumple un año del ‘sí’ de Fernando Alonso a Aston Martin, la apuesta por el penúltimo equipo de la parrilla en 2022 que le permitió salir Alpine, escudería hundida por las divisiones internas. Fueron muchos los que dudaron del cambio, pero apenas han bastado 365 para certificar con pruebas sólidas que el olfato del bicampeón mundial no falló esta vez.

‘Lo que pudo a ser y no ha sido’ es el título del debate eterno que rodea a la figura de Fernando Alonso, piloto de calidad incuestionable, pero siempre obligado a derrocharla en bólidos poco fiables desde el fin de sus dos años gloriosos en Renault. No funcionó en McLaren -tampoco el equipo hizo porque así fuera-, estuvo cerca en Ferrari, pero tampoco, ni en su regreso desde las pruebas de resistencia con Alpine, a millones de años luz de lo que fue la escudería bajo el nombre Renault.

Su paso por la escudería francesa fue un verdadero drama, un derroche de promesas convertidas en la nada, empeorado progresivamente por el irrespirable clima de un equipo siempre en el foco de la polémica. Alonso aguantó un primer año duro para preparar un coche competitivo a largo plazo, pero este nunca llegó y acabó viviendo un calvario constante cada fin de semana. Tocaba cambiar, pero con 41 años recién cumplidos el ovetense no tenía margen de error… y acertó.

A mitad de temporada 2022 -justo el 1 de agosto- se aseguró un asiento en la escudería de Silverstone, un equipo con un plan a largo plazo parecido al de Alpine, pero arrancado un año antes por otro gran piloto, Sebastian Vettel. El alemán se encargó de ese trabajo sucio previo antes de la llegada del asturiano, cuyo olfato percibía éxitos inimaginables para el resto de los mortales. Los coches verdes eran los penúltimos de la parrilla, y nadie estaba preparado para volver a ver a la leyenda española encadenando fracasos cada fin de semana.

Alonso comenzó su trabajo de manera inmediata con el mono verde mientras daba por perdida una temporada que vivió más en el box de Alpine que en la pista, y se empezó a frotar las manos con lo que estaba por venir. Hasta que llegó.

Hoy, el piloto denostado en Alpine por su elevada edad ha sumado seis podios, es tercero en la clasificación del Mundial de Pilotos de 2023 (149 pts), y mantiene a Aston Martin en la tercera posición del Mundial de Constructores, un sueño que aún obliga a frotarse los ojos para creer que hace tan solo un año, el asturiano solo aspiraba a encadenar abandonos.

A pesar del bajón de rendimiento de las últimas carreras, Alonso no ha siquiera insinuado la posibilidad de bajar los brazos en un curso en el que las opciones de firmar la victoria número 33 de su carrera aún siguen vivas. En las oficinas de Silverstone cuentan con casi un mes de trabajo para volver en el GP de Países Bajos por todo lo alto, y no se puede dudar de que lo aprovecharán, porque el tiempo, ahora sí, ha dado la razón a Fernando en su elección.