Un atleta keniata pierde la maratón de Buenos Aires por el ataque de un perro

Una maratón es probablemente una de las pruebas más duras y exigentes que cualquier atleta puede intentar. Y no hablamos sólo de la distancia a recorrer, si no de otros muchos factores que pueden echarlo todo a perder. Desafíos inesperados que llevan más allá de sus límites a los corredores. Ya sea un clima extremo, un calambre o una lesión, deshidratación o cualquier otra condición, la carrera va más allá de la competición contra otros o de la lucha con uno mismo.

Hay elementos que, simplemente, escapan a su control, aunque algunos sean más surrealistas que otros. El mejor ejemplo es el del atleta keniano Robert Kimutai Ngeno, cuya suerte quedó marcada en el reciente Maratón de Buenos Aires por la intervención de otro competidor… canino.

Ngeno marchaba al frente como líder del maratón del pasado 24 de septiembre desde el kilómetro 25, y así siguió hasta el 38. De hecho, llegó al ecuador de la prueba registrando una impresionante marca de apenas 63 minutos, y parecía encaminado a una victoria segura. Sin embargo, apareció de la nada un perro que comenzó a perseguirlo, seguramente con intención de jugar con él, obligándolo a desviarse de su rumbo.

Afortunadamente, el maratonista de 29 años salió airoso de la situación y no fue mordido ni atacado, pero su concentración se hizo añicos mientras esquivaba y zigzagueaba, tratando desesperadamente de superar a su competidor de cuatro patas como reconoció tras la carrera. Algunos espectadores acudieron en su ayuda y ahuyentaron al cachorro, pero Ngeno no pudo recuperar el terreno perdido y terminó tercero, con un tiempo de 2:10:16, una mejor marca personal por tres minutos.

Los dos primeros lugares del podio fueron reclamados por sus compatriotas kenianos Cornelius Kibet Kiplagat, primero, y el medallista de plata olímpico de 10.000 m de 2016, Paul Tanui, segundo. De este modo, el ataque del perro le salió bastante caro a Ngeno, que perdió un premio de más de 10.000 dólares estadounidenses por ganar la carrera y tuvo que conformarse con el del tercer puesto, unos 3.000 dólares.