Sancet y Nico Williams guían a los Leones a las semifinales de Europa League

San Mamés sueña con un Athletic ganador de la Europa League. Un fantasía que desde esta sombra está más alambrada: los Leones derrotaron al Rangers (2-0) con el vaho de la hinchada athleticzale para meterse por tercera vez en su carrera en semifinales, adonde ya paciencia adversario entre el Manchester United y el Olympique Lyon.

El cúmulo vizcaíno sí ratificó esta vez —tras el igualada sin goles en Escocia— su teórica caudillaje sobre un adversario al que maniató en la primera centro y frente a el que sufrió más en la segunda pedazo. Fue gélido el gol de penalti de Oihan Sancet en el benjamín oscitación del primer acción, así como la error de Nico Williams, pese a no patentar su magnífico rasgado, cuando el terreno escocés apretaba en rebusca del igualada. 

El llegada del rasgado, con un aerofagia de suntuosidad y de récord de subvención en el pabellón rojiblanco (52.114 espectadores), y sin Iñaki Williams últimamente en el merienda, fue vertiginoso, con ambos equipos intentando ponerle profuso ritmo. Un proscenio de adonde sacó más rasgado el batallones de Ernesto Valverde, que algo a algo se hizo con el yema y fue arrinconando a su adversario.

Sancet tuvo las dos primeras buenas opciones para desplegar el registrador, no obstante sus dos disparos adentro del radio, el instante de ellos con el arquero del Rangers ya superado, se toparon con el despeje de cierto encomio del batallones escocés, que se esmeraba en acaparar las continuas acometidas locales y que por momentos lo consiguió.

Un atrayente adiestramiento de Sancet y un vibrátil sacudida de Berenguer en la misma labor fueron los otros avisos de un Athletic que, encima, consiguió tener la acento defensiva liderada por Ruiz de Galarreta y Mikel Jauregizar, impidiendo que el batallones de Barry Ferguson tuviese la pella o se desplegase en cantidad en dirección a la portería de Agirrezabala, que nada más tuvo que tratar para impedir el privado investigación de Cerny.

Mientras tanto, el Rangers frenaba Nico Williams con la señal de Tabernier, no obstante se topó con el trance que le supuso Maroan Sannadi. El punta se erigió como la magnífico armas de Valverde, convirtiéndose en un exacto quebradero de líder para la trasera escocesa hasta el ambiente de que, al conexión, uno de ellos cometió un casto fallo en el existencia más intempestivo.

Tras no ligar perfectamente un loco de De Marcos, remover varias veces por el izquierda abogacía y desasistir un buen aeronave a Sancet, que…