¿Quién es Evgueni Prigozhin, este ex vendedor de perritos calientes a los mandos del grupo mercenario Wagner?

Evgueni Prigozhin, un ex preso que se convirtió en oligarca después de volver a entrenarse como vendedor de perritos calientes, es ahora el jefe del grupo mercenario Wagner, que Estados Unidos ha designado como una “organización criminal internacional”.

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En los primeros meses de la invasión rusa de Ucrania, la participación en el campo de batalla del Grupo Wagner, apodado el “ejército en la sombra” de Vladimir Putin, era solo un rumor. Los expertos lo describieron como una empresa paramilitar secreta afiliada a Moscú, acusada de violar y asesinar a civiles en numerosos países africanos y en Siria.

Evgueni Prigozhin, el hombre sospechoso de estar detrás del grupo y considerado cercano al presidente ruso, era igualmente enigmático. Pero ha salido silenciosamente de las sombras en los últimos meses, confirmando su estatus dentro de Wagner.

En septiembre pasado, el hombre de 61 años apareció en un video mientras hablaba con los reclusos en una prisión rusa para convencerlos de unirse a sus mercenarios para luchar en Ucrania.

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Luego, en noviembre, consolidó su reputación como el comandante más cruel de todos los que dirigieron la invasión rusa. En un video, se lo ve aplaudiendo el sádico asesinato a palos de un desertor de Wagner recientemente liberado por las fuerzas ucranianas. “La muerte de un perro por un perro”, comentó.

Presente regularmente en el frente, Evgueni Prigozhin es también uno de los pocos líderes rusos que puede criticar abiertamente al ejército. A principios de enero, cuando las tropas de Wagner consolidaron la primera conquista territorial de Moscú desde fines del verano en Soledar, publicó un video en el que dijo que el grupo de mercenarios es “probablemente el ejército más experimentado del mundo”.

Los servicios de inteligencia occidentales estiman que hoy son 50.000 para responder a las órdenes del llamado “líder de Putin”.

Pero, ¿cómo podría un hombre que pasó 10 años en prisión antes de construir su fortuna en la industria de las salchichas convertirse en la mano derecha de Vladimir Putin?

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Prisionero, vendedor de perritos calientes, oligarca

Al igual que Vladimir Putin, Yevgeny Prigozhin nació en Leningrado, ahora San Petersburgo. Condenado a 13 años de prisión por varios robos a principios de los 80, finalmente fue liberado en 1990. Fue entonces cuando comenzó su meteórico ascenso.

En ese momento, la Unión Soviética estaba al borde del colapso. El capitalismo está comenzando a mostrar su rostro y las oportunidades comerciales abundan para aquellos con estilo, incluso para los ex convictos.

Prigozhin abre un puesto de perritos calientes, luego una tienda de comestibles, antes de saltar al negocio de los restaurantes. Uno de sus restaurantes, el New Island, se convirtió en el referente de la élite de San Petersburgo y de Vladimir Putin, que llevó allí a los líderes internacionales.

Nunca lejos de la mesa del presidente, a lo largo de los años Prigozhin obtuvo muchos contratos lucrativos de catering de las autoridades, como el de las escuelas de San Petersburgo y Moscú, además de obtener el de alimentar al ejército ruso.

Entonces se convierte en un hombre rico, poderoso y temido. Su fortuna, como la de muchos oligarcas rusos, plantea varias preguntas.

Mercenario, fábrica de trolls e injerencia política

Si bien se le atribuye la fundación del Grupo Wagner en 2014, cuando Rusia estaba llevando a cabo su operación de anexión de Crimea, Yevgeny Prigozhin realmente comenzó a atraer la atención internacional cuando Estados Unidos lo acusó de interferir en las elecciones de 2016 con la ayuda de una empresa descrita como una “fábrica de trolls”.

La Unión Europea y el Reino Unido también lo acusan de manipular la opinión pública en varios países, particularmente en África, donde Rusia está tratando de extender su influencia.

El ruso nunca ha negado los hechos. En noviembre pasado, admitió haber dañado el proceso electoral estadounidense. También prometió que sus empresas seguirían haciéndolo “con cuidado, precisión, cirugía y a nuestra manera”.