Después de jugar 21 temporadas en la Major League Baseball (MLB), Miguel Cabrera ha colgado los zapatos. El domingo (1 de octubre), el primera base venezolano de los Tigres de Detroit concluyó su carrera con una victoria por 5-2 contra los Guardianes de Cleveland, y no podría haber terminado más poéticamente para el pelotero veterano.
En la octava entrada, Cabrera salió al campo del Comerica Park por última vez con un estadio lleno de fanáticos animándolo mientras corría hacia la primera base. Ese mismo día, el equipo decidió que dejarían que Cabrera saliera al campo solo, para que pudiera disfrutar de la ovación que merecía y dejar que el momento asimilara.
El jardinero de los Guardianes, Steven Kwan, luego conectó un roletazo a Cabrera, quien fildeó la pelota y venció a Kwan hasta la bolsa para el primer out de la entrada. Cabrera salió del juego inmediatamente después: un final perfecto.
“Volver a la primera base con un out fue otro sueño hecho realidad”. Cabrera dijo. “Pensé que nunca volvería a jugar en el campo debido a mis lesiones”.
A lo largo de su carrera, Cabrera ha grabado su nombre en los libros de récords en numerosas ocasiones, incluso en 2021, cuando se convirtió en el jugador número 28 en la historia de la MLB en batear. 500 jonrones en su carrera. Cabrera ganó la Serie Mundial con los Florida Marlins en 2003.
Durante la primera entrada, los hijos de Cabrera, Isabella, Christopher y Brisel, anunciaron su nombre desde la cabina de transmisión.
Fue un día especial para Miguel Cabrera y toda su familia.
