La ministra Fréchette advierte sobre una posible respuesta de Hydro-Québec

La ministra de Economía y Energía, Christine Fréchette, se guarda las cartas sobre si Hydro-Québec podría aumentar el precio de sus exportaciones de electricidad para responder a la amenaza de aranceles del 25% del presidente electo Donald Trump.

“Por el momento vamos a mantener el juego apretado”, respondió el ministro al margen de un discurso ante la Cámara de Comercio del área metropolitana de Montreal el jueves por la tarde.

El gobierno Legault ha enviado mensajes contradictorios en este sentido. El primer ministro François Legault y el presidente y director general de Hydro-Québec, Michael Sabia, plantearon por separado esta posibilidad durante sus apariciones en los medios de comunicación.

La ministra Fréchette descartó esta posibilidad el miércoles, antes de una reunión del Consejo de la Federación. Los primeros ministros provinciales, con excepción de Alberta, han planteado la posibilidad de tomar medidas enérgicas contra la energía.

“Estamos enviando el mensaje de que habrá represalias si se imponen aranceles”, afirmó Fréchette el jueves. “Pero la naturaleza misma de estas represalias aún está por definirse”.

Las amenazas de Trump han generado gran preocupación en los círculos económicos canadienses. El funcionario electo republicano, que asumirá oficialmente el cargo el 20 de enero, amenaza con imponer aranceles del 25% a las exportaciones canadienses a Estados Unidos. Incluso ha llegado a mencionar la anexión de Canadá bajo amenaza de represalias económicas.

Durante su discurso ante el mundo empresarial, Fréchette reconoció la gravedad de la amenaza que representa el futuro inquilino de la Casa Blanca. “El impuesto Trump podría causarnos un daño significativo”, admitió. “Debemos estar preparados para cualquier eventualidad y desarrollar diferentes escenarios”.

Señaló que el 70% de las exportaciones de mercancías de Quebec van a los Estados Unidos. Ella estima que estas exportaciones están vinculadas a 400.000 puestos de trabajo.

Reiteró el argumento de que las economías estadounidense y canadiense están integradas y que un impuesto sobre los productos quebequenses también podría penalizar a los consumidores y empresas estadounidenses.

Puso el ejemplo del aluminio. La industria quebequense representa el 75% de la industria norteamericana. “Por lo tanto, será muy difícil para Estados Unidos prescindir de nosotros, especialmente si ya no quieren importar aluminio de China”.

–Este informe de La Presse Canadienne fue traducido por CityNews