La mayoría de los jueces votan por la inelegibilidad del expresidente Bolsonaro

El tribunal electoral de Brasil alcanzó el viernes la mayoría necesaria para condenar al expresidente Jair Bolsonaro por “abuso de poder”, lo que lo inhabilitará durante ocho años por desinformar antes de su derrota en 2022.

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Cuatro jueces del Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasilia votaron a favor de condenar al líder ultraderechista por “abuso de poder”, y uno en contra. Todavía tienen que votar dos jueces, que tienen la opción de solicitar un aplazamiento para seguir examinando el caso, lo que retrasaría el final del juicio y el dictado de la sentencia.

El exjefe de Estado (2019-2022) está siendo procesado por “abuso de poder político y uso indebido de los medios de comunicación” por haber criticado, sin pruebas, la fiabilidad de las urnas electrónicas, unos meses antes de la elección ganada por su rival de izquierda Luiz Inacio Lula da Silva.

El voto de la jueza Carmen Lucía, en la apertura de la cuarta audiencia de este juicio el viernes, fue decisivo: cuatro de los siete jueces votaron ahora para dejar fuera de juego a Bolsonaro, un trueno en la política brasileña.

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Bolsonaro estuvo nuevamente ausente de esta reunión crucial para su futuro. Estuvo en Belo Horizonte (sureste) para almorzar con miembros de su Partido Liberal.

“No he cometido ningún delito al reunirme con embajadores. Quitarme mis derechos políticos bajo la acusación de abuso de poder político es incomprensible”, dijo el jueves a los periodistas el excapitán del ejército de 68 años.

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Se trata precisamente de un discurso pronunciado en julio de 2022 frente a diplomáticos en la residencia presidencial de Alvorada, y difundido por la televisión pública y redes sociales, que está en el centro del juicio. Dijo que quería “corregir fallas” en el voto electrónico con la “participación de las fuerzas armadas”.

Este discurso sobre una supuesta vulnerabilidad, propicia al fraude, del sistema electoral, este nostálgico de la dictadura militar (1964-1985) lo habrá martillado durante su campaña.

Habrá despertado la ira de sus partidarios más radicales que, el 8 de enero, pocos días después de la asunción de Lula, asaltaron y saquearon las sedes de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial en Brasilia.

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Jueces del TSE que ya votaron por una condena han criticado duramente la conducta del exmandatario.

Su discurso sonó como una “narrativa delirante con efectos nocivos para la democracia” y no fue un acto aislado, sino una elección “estratégicamente fraguada en el tiempo, con fines electorales”, tronó este jueves el juez André Ramos Tavares.

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Por el contrario, para su colega Raúl Araujo, su comportamiento “no fue como para justificar una medida extrema de inhabilitación”.

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La defensa ha anunciado que apelará ante el Tribunal Supremo si es declarado culpable.

Ya surge la cuestión del liderazgo del campo de Bolsonaro. No hace falta de momento ninguna figura como remedio, pero el bolsonarismo está más arraigado que nunca.

Los partidos de derecha y extrema derecha son aún más fuertes en el Parlamento que bajo Jair Bolsonaro y este último perdió por poco, con solo una diferencia del 1,8% en la segunda vuelta contra Lula, después de dos mandatos (2003-2010).

Bolsonaro tiene otros juicios legales por delante. Además de quince procesos ante el tribunal electoral, el exdirigente está en la mira de la Corte Suprema en cinco casos, en particular por su supuesto papel como inspirador de los atentados del 8 de enero. Se enfrenta a la cárcel.