K.O. en la Q2 por un fallo mecánico en el RB19

Red Bull se las prometía muy felices en Jeddah, y en especial Max Verstappen. Su dominio fue incontestable en Baréin, y lo estaba siendo en el Gran Premio de Arabia Saudí hasta llegada la Q2, la sesión intermedia de la clasificación del sábado. El bicampeón mundial mandaba con puño de hierro en la tabla de tiempos, seguido de lejos únicamente por Pérez y el Aston Martin de Fernando Alonso, y apuntaba a pole histórica para él.

Sin embargo, y como mencionó después el asturiano, la Fórmula 1 no es una ‘ciencia exacta’, y parece que la imbatibilidad del RB19 tampoco. En el primer intento el neerlandés iba sobrado, pero el coche le dio un trallazo que le impidió hacer vuelta limpia y regresó a boxes. Al volver a salir, todo iba de maravilla, pero en el segundo sector de Jeddah, un trazado donde no ha brillado nunca especialmente, el tiempo se detuvo, y su monoplaza también.

Tras un ruido estridente, en el que el RB19 pareció dar un acelerón, el palier se rompió, y la velocidad del monoplaza decayó dramáticamente, mientras saltaban chispas y pequeños trozos de fibra de carbono a la pista. En primera instancia, Verstappen comunicó por radio al muro de Red Bull que se trataba de un problema de motor, porque no conseguía recuperar la potencia que había perdido, pero en cualquier caso sabía que no podría seguir compitiendo, y que le tocaba remontada de las épicas el domingo. Antes, a recuperarse de la pesadilla de la clasificación, en la que la pole acabó en manos de su compañero Pérez.

Las caras en el paddock, en el box y en el muro de Red Bull eran un poema. La frustración en el rostro de ‘Mad Max’, tan evidente como preocupante. Y no para su equipo, que también, sino para el resto de la parrilla, que mañana deberá lidiar con un toro desbocado. Aun así, contratiempo muy inesperado para la escudería austríaca, que ha visto en apenas dos carreras que su omnipotencia está cada vez más en entredicho. Siguen siendo los más rápidos, pero si no son fiables, nada podrá parar a sus rivales.

“Cada vez que estuvimos en pista, creo que fuimos realmente competitivos“, explicaba el piloto holandés, ya más calmado tras quedarse tirado en la Q2, con ganas de seguir demostrando su superioridad. No hay nada que le guste más a Verstappen que ganar, conseguir victorias, poles y récords, y tendrá que apelar a la épica para lograrla esta vez. Con cuidado, eso sí, porque siempre ha sido muy impulsivo también y ese ímpetu le podría costar algún disgusto.

“Así son los deportes de motor, este tipo de cosas pueden pasar“, admitía con resignación Max, acostumbrado ya a los gajes del oficio. “Sólo intentamos averiguar cuál era el problema, y aprender por qué sucedió y avanzar sin mirar atrás. Mañana debemos minimizar los daños” añadió Verstappen, consciente de que si todo va bien mañana luchará por la victoria, independientemente de su posición de salida.

La pieza que le preocupaba, el palier, es básica para cualquier vehículo. El eje de transmisión es la parte del coche que traduce el esfuerzo mecánico producido por el motor y de los componentes de la unidad de potencia en tracción para las ruedas traseras. Eso se hace a través de la caja de cambios y el diferencial. 

El diferencial se conecta al palier del eje de transmisión; la caja de cambios produce la cantidad correcta de transmisión con respecto a las revoluciones y el par, y luego el diferencial da a los ejes de transmisión la oportunidad de moverse a diferentes velocidades de rotación en las curvas. Como el palier es la parte del eje de transmisión que transmite el movimiento a las ruedas traseras, cualquier daño en esa pieza hace que la transmisión del tren de potencia y el tren de transmisión se vea gravemente afectada.

Lo curioso es que Verstappen ya había cambiado esa misma tarde su caja de cambios, sin penalización ninguna. Una vez en boxes, la pieza fue reparada y sustituida, un proceso que lleva unas dos horas. Para el conductor, la rotura del palier se siente como si alguien pisase el embrague mientras se acelera, repercutiendo negativamente también el motor.

En sus redes sociales, el mismo piloto estrella de Red Bull compartió también sus sensaciones con sus seguidores: “Desafortunada clasificación con problemas en la transmisión. Tenemos un gran coche de carreras, así que sólo nos queda salir a jugar. Mañana daremos todo lo que tenemos en la carrera“. Toda una declaración de intenciones, después de una jornada desilusionante, para que la parrilla esté alerta.