Justin Trudeau humillado por el Tribunal Federal

El Tribunal Federal ha dictaminado. La proclamación de la Ley de Medidas de Emergencia por parte del gobierno de Trudeau para desmantelar el “convoy de la libertad”, en el invierno de 2022, fue “irrazonable” e “ilegal”.

Esta decisión es mucho más que un simple juicio. Es una paliza punzante y humillante infligida a los liberales y a todos aquellos que respaldaron con entusiasmo, si no con deleite, su determinación de destruir un movimiento de protesta.

Disculpas

Al inicio de su mandato, Justin Trudeau demostró su excepcional facilidad para disculparse entre lágrimas por todos los errores cometidos por sus predecesores. Por lo tanto, hubiéramos esperado que aceptara su derrota legal con dignidad y se disculpara por sus propios excesos y su falta de juicio hacia los camioneros a los que demonizó injustamente. Eso habría sido un mínimo absoluto.

Pero eso era esperar demasiado de Trudeau. Como no soporta la contradicción, su gobierno anunció inmediatamente su intención de apelar el caso.

Esto es irreverente hacia los contribuyentes, que pagarán el precio de este enfoque, pero sin duda es mejor así.

Ottawa ha utilizado y abusado de su poder para gestionar el descontento de los ciudadanos, por lo que el sistema judicial debe ser riguroso al respecto.

Al confirmar la inconstitucionalidad del uso de esta ley, el Tribunal Supremo enviaría, por un lado, una seria advertencia a los futuros primeros ministros que se verían tentados a imitar a Trudeau para deshacerse de las voces discordantes. ¡Esto devolvería la confianza a los canadienses en sus instituciones!

Por otro lado, esta sentencia haría inevitable un llamado a la rendición de cuentas, al castigo de los culpables y a la compensación de las víctimas. Porque, de momento, no hay nada previsto.

Consecuencias

Sin embargo, una sentencia carente de consecuencias concretas causa más daño que bien. Al señalar a los funcionarios electos que pueden violar las leyes con impunidad, los invita a aumentar el número de actos criminales. Canadá ya lo está haciendo terriblemente. ¡No es necesario agregar más!