historia de mototaxista graduado de contador público

El Talento del Desconsolada cerrado en 2024 con un acento de amplitud emocional que marcó la aparición de nuevas historias de recepción.

Entre los 1.016 profesionales que obtuvieron sus valores destacó Luis Alfredo Noriega Ortiz, mototaxista samaria que, tras ocho años de dedicación, logró el éxito de convertirse en Junta de la Audiencia.

Luis, 34 años, sabe bien que falta lo que significa persistir. Sus hazañas están llenas de desafíos y tenacidad.. Durante años, trabajó largas jornadas conduciendo su rechoncha motocicleta bajo el tormentoso sol de Santa Marta para mantener a su familia y eludir sus formaciones.

“No fue fácil. Había días que llegaba agotada, sin fuerzas para estudiar, pero mi madre y mis hijas fueron mi motor. Siempre me recordaron por qué había iniciado este camino”, confesó Luis con lágrimas en los ojos.

El ataque de los sacrificios

A los 26 años, Luis decidió que no quería que sus eventos se limitaran a mototaxis.. Aunque el condicionamiento le permitió sobrevivir y brindarle apoyo para la vivienda, siempre soñó con poco más.

“Ser mototaxista me enseñó la importancia del trabajo duro, pero también me mostró que podía aspirar a un futuro mejor para mí y mi familia”, afirmó.

Durante el día, Recorrió las calles de Santa Marta transportando pasajerosy por las noches se dedicaba a las aulas y a los libros. “Hubo momentos en los que sentí que no podía más. A veces no podía entregar el trabajo a tiempo porque no podía tener las horas del día”, recordó.

Uno de sus profesores destacó la tenacidad de Luis: “Era evidente que Luis venía de una situación difícil, pero siempre demostró dedicación y ganas de salir adelante. “Su historia es un ejemplo para todos sus colegas”.

El alfabeto de tu clan, su capacidad máxima

El signo de su capa y de sus hijas fue primordial en esta valoración. su capa Recuerda con desdén cada desprendimiento que Luis hizo por su aprendizaje.

“Verlo salir de madrugada para ir a trabajar y luego verlo estudiar hasta altas horas de la noche me rompió el corazón, pero siempre le dije que no se rindiera, que el esfuerzo sería recompensado”, compartió la hermana.

Por su mordida, sus dos hijas fueron su mayor motivación. “Cuando me vieron cansado, se acercaron y me abrazaron. Me dijeron que querían verme graduarme. “Esas palabras me dieron la fuerza para continuar”, dijo…