Entre el delirio individual y la estupidez colectiva
Written by Maria Henao on January 27, 2025
Entre el delirio individual y la estupidez colectiva
Se muestra eufórico ante la decrepitud de Estados Unidos, pero no sospecha que el epicentro metafórico de la creación permanezca en algún lado. Y es en el epicentro saliente donde efectivamente emergieron dos tendencias diametralmente opuestas: la batalla “despertó” y la grande representada por Trump, extendiéndose luego por toda la esfera e intentando restablecer la vida. Inicialmente parecen caminar en extremos opuestos, sin embargo, una exploración más abismal revela un denominador popular: ambas tendencias son engaños.
Loco, graduado como un nerviosismo rallado que produce ideas infundadas o inconsistentes y desconectadas de la sinceridad, es el eje que define estas dos corrientes. Ambos intentan reinterpretar y convencer la sinceridad según sus propios esquemas alucinatorios extremos, proyectándose en la creación de narrativas que recuerdan una casualidad de la antigüedad promedio, las noticias promedio de citas, llenas de cruzadas virtuales, linchamientos sociales en garbo de bailes de “Village People”. ”, fuego de las brujas mediáticas y el surgimiento de un aviso de “religión”: el alcance artificial como salvación de la creación.
Podríamos reafirmar que estas tendencias son intentos colectivos de sopesar la sinceridad en una explosión y un proceso entusiastas. Su estimulante mercancía radica en su oposición a aprobar sus discursos fuera de su propia dialéctica interna, reaccionando generalmente desde una vertiente histérica e histriónica dándole un papel fundamental al entretenimiento, por muy fulano que sea.
La contemplación del “Despertar” inicialmente se refirió a cuestiones raciales, para luego expandirse a preocupaciones y sexualidad. En el hogaño, se ha convertido en un homólogo de las tendencias laterales y progresistas. Lo que ha argumentado la batalla del “Despertar” es esclarecer las grandes luchas ideológicas y sociales del quiebre, sustituyéndolas por una acción directa, atomizada y metafórica.
Se ha descompuesto de hablar de cambios estructurales y de proceso económico a reivindicar actuaciones que se reducen a gestos como autonomizar, no utilizar impermeable o reservar el líder masculino como fidelidad frente al uso femenino. El minimalismo defensivo saliente, que roza la excentricidad por los detalles y la psicosis interpretativa y semántica, impide la provocación de un juicio fantasioso o de autocrítica que permita un dilema efectivo ante la explosión epocal que vivimos.
A diferencia de armar un revuelo estructural, este vendaval ha cansado del nominalismo y el minimalismo extremos, donde…
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