El Gran Premio de Miami de Fórmula 1, en peligro por inundaciones en el circuito

El parón de casi un mes en el Mundial de Fórmula 1 está pasando factura a todo el mundo. Los pilotos no están nada contentos con tanta inactividad apenas tres carreras después de iniciar el campeonato, aunque los equipos aprovecharán para ultimar sus mejoras, pero por lo general este mes sin carreras no está siendo especialmente agradable para los integrantes del ‘Gran Circo’.

Todos en el paddock esperan con impaciencia el último fin de semana de abril (del 28 al 30), cuando por fin retomen la acción para el Gran Premio de Azerbaiyán, en Bakú, pero ahora ha surgido en el horizonte otro problema de difícil solución que podría generar otro nuevo parón en la competición si las circunstancias que lo rodean se repiten.

Una semana después de la visita a Bakú, el Mundial viajará hasta Miami para hacer su primera parada de las tres previstas en Estados Unidos. Un Gran Premio que nunca ha sido del especial agrado de los pilotos, especialmente los más veteranos, pero que tiene en este su segundo año en el calendario una oportunidad de oro para ofrecer una carrera memorable que comience a cimentar su propia leyenda.

Todo ello, por supuesto, si es que se consigue correr en Miami (del 5 al 7 de mayo), porque a menos de un mes para el Gran Premio, nubes negras amenazan la viabilidad de la carrera y se ciernen, nunca mejor dicho, sobre la ciudad y el trazado, que se encuentran completamente inundados por un temporal.

Desde que arrancó la semana, el estado de Florida al completo se encuentra sacudido por fuertes rachas de viento y lluvias torrenciales. El impacto de los aguaceros ha sido tan violento e incontrolable que, incluso en el caso de las instalaciones del circuito, se temen daños materiales y personales irreparables que hacen peligrar el Gran Premio.

Además, estas lluvias se prolongarán previsiblemente hasta el próximo lunes, aunque con algún periodo de descanso. De momento, en Miami y alrededores están en alerta máxima, porque se están batiendo los récords de precipitación en 24 horas, muy especialmente en la cercana Fort Lauderdale, aunque se espera que, con un mes todavía de margen, el circuito esté en perfectas condiciones.

La amenaza, no obstante, está ahí, es real, y nadie puede medir el riesgo que corre el trazado de aquí a la celebración de la carrera. El principal problema para la Fórmula 1 es que algunas zonas, entre ellas los alrededores del Hard Rock Stadium, han quedado anegadas y habrá que achicar el agua. Todo ello, como decimos, a tres semanas del Gran Premio.

Este cúmulo de contratiempos ha impedido a su vez que los trabajos para el correcto acondicionamiento de la pista puedan llevarse a cabo por ahora. La organización del Gran Premio tiene ahora un tiempo muy ajustado para algunos de los montajes y habrá que ver si ha afectado a la calidad del asfalto, que ya el pasado año fue cuestionada por varios pilotos, incluido Fernando Alonso.