El error garrafal de Iñaki Peña y Araújo ante el Almería que evidencia los problemas defensivos del Barça

Se nota que el Barça no atraviesa su mejor momento deportivo. Se nota en los resultados, más allá de la pírrica victoria (3-2) en el Estadi Olímpic Lluís Companys ante el Almería que ha cortado una racha de tres partidos sin ganar; se nota en la actitud inquieta y nerviosa de muchos de sus jugadores, sobrepasados en ocasiones por esa falta de resultados positivos; y se nota en el juego colectivo del equipo, que no termina de carburar bajo las órdenes de Xavi Hernández.

Es tal la descoordinación del conjunto culé que incluso sus mejores jugadores parecen peores de lo que realmente son. El problema es que, además de parecerlo, están empezando a creérselo. Es la única explicación plausible al esperpento defensivo de los azulgranas ante los andaluces, que gozaron de muchas ocasiones para puntuar en casa del Barça siendo colistas y habiendo sumado apenas tres puntos en tres empates este año en la Liga.

Debía ser, por tanto, un partido por fin balsámico para la afición culé y para la entidad en conjunto, pero nada más lejos de la realidad. En fase ofensiva, Lewandowski ni está ni se le espera y los extremos son incapaces de producir goles, pero es que en el plano defensivo tanto Araújo como Koundé está cometiendo errores impropios de los mejores centrales del mundo, y sus laterales no están ayudando tampoco.

El último de esos errores pudo verse este miércoles por la tarde sobre el césped de Montjuïc, y le costó al Barça un gol que bien pudo haberle costado muy caro. Corría el minuto 70, Oriol Romeu había cometido una falta lateral sobre Arribas, y el ex canterano madridista decidió colgar el balón al corazón del área.

Se trataba de un balón sencillo que tanto Iñaki Peña como Araújo parecían tener controlado. Sin embargo, ni el uno ni el otro avisaron a su compañero de su intención de jugar la bola, y acabaron colisionando entre ellos. El central uruguayo iba corriendo de espaldas al guardameta, de forma que le era imposible ubicarle detrás de él, y el sustituto del lesionado Ter Stegen tampoco le avisó de que entraba como un tren para embolsar el balón, como era su responsabilidad.

De este modo, Araújo saltó y realizó el gesto de despejar con la cabeza pero golpeó el pecho de su portero. En cambio, Iñaki Peña superó en el salto a su compañero, y tras chocar el balón se le escapó de las manos. Era un blocaje fácil, pero el balón botó y permitió a Edgar, que andaba por allí con la caña preparada, empujar el balón a placer. 

El trance negativo que vive el Barça, resumido en una jugada y en las caras de los protagonistas, que se miraban confusos intentando dilucidar de quién había sido la culpa del error. Por suerte para ellos, aparecería el héroe de la tarde de nuevo, Sergi Roberto, para arreglar con su segundo gol el desaguisado.