el día que puede romper su ‘maldición’

Hace tiempo que la historia espera a España. Lo ha hecho muchas veces antes, en un largo camino de profesionalización del fútbol femenino español —con recuerdo especial para ese 2015 en el que la selección jugó por primera vez una Copa del Mundo—. Y aunque mucho ha llovido desde entonces, lo vuelve a hacer este sábado en Nueva Zelanda, en los octavos del Mundial ante Suiza, cuando la Roja tiene una nueva oportunidad de romper una barrera que se le resiste en Eurocopas y Mundiales.

La selección española nunca ha superado una fase eliminatoria en ninguna de las dos competiciones. Ha estado cerca, sí. Mucho. Como hace cuatro años, cuando le plantó cara a Estados Unidos, que solo pudo tumbar al equipo de Jorge Vilda con dos penaltis. Y en la Eurocopa de Inglaterra el año pasado, cuando una remontada de la anfitriona nos dejó fuera. Las dos terminaron siendo campeonas a la postre.

Todo eso ya forma parte del pasado. También la dolorosa derrota ante Japón (0-4) que ha traído muchas dudas respecto a lo que puede conseguir España en este Mundial. Pero ojo, pasar página no significa olvidar. La Roja debe tener muy presentes los errores que cometió ante las niponas para no volver a repetirlos ante Suiza. Sobre todo, porque la Nati tiene un estilo de juego muy parecido a las Nadeshiko.

“España es un equipo muy fuerte, pero frente a Japón no cambiaron mucho el juego y eso nos ha enseñado muchas debilidades que hemos analizado muy intensamente“, ha avisado la seleccionadora rival, Inka Grings, el día antes del partido. Y ha avanzado una pequeña modificación táctica, con más atención al ataque pero una defensa “con mucha agresividad”.

Por eso, la selección ha trabajado esta semana en las jugadas colectivas y los contraataques, así como en la recuperación de balón tras pérdida, un apartado en el que sufrió mucho en ese fatídico encuentro. “Las jugadoras llegan con la confianza, la tranquilidad y la seguridad de que el equipo va a reaccionar“, ha prometido Jorge Vilda. Porque ese tropiezo ante Japón “ha causado un surco profundo, pero a veces son necesarias [las derrotas] para la evolución y el crecimiento del equipo”.

El técnico madrileño también ha avanzado cambios. “Hemos decidido incluir más jugadoras ofensivas y queremos defender con mucha pasión”, ha avanzado, sin entrar en más detalles, sobre el once —se espera muy similar: no estará Ivana Andrés, que sigue lesionada, y podría entrar Athenea del Castillo, recuperada a tiempo de su susto en el tobillo—. Lo que está claro es que España buscará “imponer” su filosofía de juego frente a un equipo que “va a plantear un partido cerrado”.

Las fortalezas de Suiza están más que claras a cuenta de sus números en la fase de grupos: no ha encajado ni un solo gol, lo que habla de su solidez en defensa, pero solo ha anotado dos tantos, en su debut ante Filipinas, lo que pone de manifiesto que se ha atascado en los últimos dos partidos. Eso no abre espacio para confiarse, pues en sus filas tienen a dos futbolistas que marcan las diferencias: Ramona Bachmann, delantera del PSG, y Ana Maria Crnogorcevic, futbolista del Barça. “Sabemos cómo pararla, tenemos información”, ha tranquilizado respecto a la culé.

Falta un día. La suerte ya está echada. España está ante el partido de su vida, el encuentro que espera que marque un antes y un después en este Mundial, pero sobre todo en su historia. Pese a la “negatividad” alrededor de la selección de la que hablaba Vilda, ahora más que nunca, su hinchada confía en la Roja.