El Atlético salva un punto en el descuento ante un Real Madrid que se confió

El exmadridista Marcos Llorente dejó en empate (1-1) el derbi madrileño disputado este domingo en el Santiago Bernabéu con un cabezazo inapelable en los últimos segundos. Los blancos, confiados en exceso con la mínima ventaja lograda por Brahim en la primera mitad, sufrieron las consecuencias de su debilidad en el juego aéreo en un duelo marcado, como es costumbre en las últimas fechas del campeonato, por la polémica arbitral.

El Real Madrid arrancó lanzado al ataque, como si asumiera el ejercicio de necesidad que realmente correspondía a un Atlético de Madrid colocado a diez puntos del liderato antes del pitido inicial. La ofensiva fue instantánea, pues en el segundo minuto de juego Witsel bloqueó el primer disparo de Bellingham y a continuación Oblak recogió del suelo el tiro desde la frontal de Brahim.

Los hombres de Ancelotti partieron de inicio con mucha hambre, especialmente Brahim, sustituto de última hora de un Vinícus retirado en el calentamiento por problemas de cervicales. Al hispano-marroquí se le abrió la opción de empezar de titular en un gran partido para mostrar galones, y así lo haría con constantes internadas y mucha movilidad en el balcón del área.

No empezó el Atlético el partido como seguramente lo había preparado el Cholo, pues sometidos al empuje constante del Madrid, apenas sumaban segundos de posesión. Su primera ocasión llegó con un tiro al primer toque de Morata, una maniobra rapidísima, pero menos que la reacción de Lunin.

Esa fue, de hecho, la única ocasión antes del gol de los merengues. La jugada, como no podía ser de otra manera, la arrancó Brahim con un avance incisivo a la frontal antes de intentar un pase a Bellingham rebotado por un jugador rojiblanco hasta los pies de Lucas Vázquez. El lateral intentó el centro, pero este también fue interceptado a medias por Koke, el ‘asistente’ de un Brahim lanzado a meta que se impuso en la indecisión para remachar a placer ante Oblak.

Hubo reacción de los colchoneros, pues una vez desperezados y espabilados por el jarro de agua fría que supuso el gol, buscaron el tanto a través de la única fisura de los merengues: el juego aéreo. Remató Witsel a bocajarro un disparo atajado a la perfección por Lunin, dueño y señor definitivo de la meta blanca por delante de Kepa. Tras esa jugada la tendría, también de cabeza, Savic, encargado de peinar ligeramente un balón que se paseó por la línea de gol.

Eso fue prácticamente todo lo que ofreció el Atlético de Madrid en la parcela ofensiva, antes de una recta final del primer tiempo de nuevo dominada por los blancos aunque con menos mordiente en los últimos metros.

El combinado local se marchó a vestuarios con ventaja de 13 puntos sobre su eterno rival, pero los colchoneros salieron con todo tras el descanso para remediarlo lo antes posible. Así fue, con el cabezazo embocado por Savic en el primer córner, anulado por un polémico fuera de juego posicional de Saúl -que traerá mucha cola- en su ‘pantalla’ a Lunin.

La decisión cubrió el partido con la cortina de la polémica arbitral a la que se ha acostumbrado el fútbol español en estas últimas jornadas y el partido aumentó el nivel de crispación ya elevado de base en los enfrentamientos entre los dos grandes equipos de la capital. Lucas Vázquez y Bellingham pidieron penaltis en jugadas muy al límite por parte de los defensores rojiblancos. También lo pidió De Paul tras un empujón de Carvajal.

En cualquier caso, la polémica no tapó lo que era evidente a ojos de todos los espectadores y de Simeone. El partido se rompía y ello volvía a beneficiar a los blancos, por lo que cambió por completo su plan agotando todos los cambios en el minuto 67′. Entraron Memphis, Correa, Lino, Nahuel y Barrio con la misión de ejercer un cambio radical de guion.

El Madrid, por su parte, no se dejó afectar por las variaciones del Atlético y encontró oportunidades de duplicar la ventaja a través de un disparo de Rodrygo, demasiado centrado, y de Brahim, desviado tras una preciosa jugada individual en una baldosa. Esa fue la última del hispano-marroquí, ovacionado por el Bernabéu en su sustitución por Joselu.

Los colchoneros, necesitados, apretaron hasta el final, pero lo cierto es que sus opciones parecían terminar con una gran intervención de Lunin en el 75′. Correa se la robó a Mendy aprovechando un mal control del francés, avanzó hasta la línea de fondo y se la puso rasa y potente a Griezmann en el área pequeña. El francés buscó el gol con el tacón, pero de nuevo apareció el ucraniano para tapar con todo el cuerpo. El resto fueron llegadas infructuosas, hasta que el milagro llegó en el último suspiro.

Los locales apostaron por defender con balón, sin renunciar al juego, y todavía con algo de proyección ofensiva. Se fiaban del solitario gol de Brahim y un pequeño error, solitario, en el juego aéreo, supuso el gran borrón para los blancos. La colgó Savic en la última del partido, rebotó en la cabeza a Memphis y en la indecisión entre Carvajal y Nacho por ese balón llovido se impuso Llorente con una entrada fugaz y un cabezazo potentísimo que se coló tras rebotar con violencia en la cara interior del larguero.

Así, el tercer derbi de 2024 acabó en empate, en las tablas que equilibraron el cara a cara de este frenético arranque de año tras la victoria blanca en la Supercopa (5-3) y la rojiblanca en la Copa (4-2).