Dani Bárez pierde en su debut en UFC Londres pero deja buenas sensaciones

Debutar en UFC no es tarea fácil. Cuando aterrizas en la promotora más prestigiosa del mundo, donde están los mejores peleadores del planeta, es fácil que las cosas no resulten como tenías planeado. El dinero, los contratos, las cámaras, los medios, los contrincantes y la presión hacen que manejar los primeros pasos en la compañía no deba ser tarea fácil. Le pasó a Leon Edwards, que perdió en su estreno con Claudio Silva, y le pasó también a Joel Álvarez, que arrancó con derrota frente a Ismagulov.

En el caso de Dani Bárez, las cosas empezaron francamente bien. Comenzó controlando el octógono y la distancia, acorralando poco a poco a Jafel Filho contra la reja. Por ahí el español empezó a conectar manos muy duras, pinchando en la zona hepática a su oponente, al que se le aflojaron las piernas. Con su rival en el suelo, Bárez no quiso meterse en los dominios del brasileño y prefirió que se levantase, esperando rematar la faena con su striking.

Del cielo al infierno

El de Valencia había olido la sangre. A partir de ahí insistió en su trabajo hasta acertar de nuevo con un middle kick, otra vez en la zona hepática. Filho cayó fundido al suelo y ahí dio la sensación de que empezaron las dudas. Por un lado el árbitro dudó si parar la pelea y, por otro, Bárez se debatió entre finalizar ahí mismo o madurar más la pelea. Sin lo uno ni lo otro, el brasileño encontró unos segundos de oro para recobrar el aire y plantarse ante Bárez. En UFC todos están dispuestos a todo y Filho se fue a matar o morir, con éxito.

Con mucho que ganar y ya poco que perder el brasileño consiguió conectar alguna mano de poder y un derribo. En un abrir y cerrar de ojos el sueño de Bárez se había convertido en pesadilla. Filho pasó a la media guardia y a partir de ahí encajó un triángulo de brazo que hizo palmear al español:

Sea como sea, Dani Bárez dejó sensaciones muy buenas (y mucho espectáculo) y, habiendo tomado contacto ya con la compañía, seguro que vuelve con más fuerza que nunca.