Crisis política en Francia: se forma un nuevo gobierno

El primer ministro francés, Sébastien Lecornu, recién reelegido, inauguró el domingo por la noche un gobierno formado por políticos y técnicos poco conocidos por el público y la sociedad civil, para intentar sacar a Francia de una inestabilidad política sin precedentes.

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Como para protegerse de la amenaza de una censura inmediata, Lecornu anunció que este nuevo ejecutivo había sido “nombrado para dar a Francia un presupuesto antes de fin de año”.

Es el macronista Roland Lescure quien tiene ahora la difícil tarea de presentar un proyecto de presupuesto para 2026 aceptable al Parlamento, mientras la deuda del país alcanza los 3.300 millones de euros, más del 115% del PIB.

Lecornu, que dimitió el lunes al día siguiente del anuncio de su primer gobierno antes de ser reelegido el viernes por el presidente Emmanuel Macron, parece haber aprendido la lección de la semana pasada, cuando atrajo la ira de la clase política al reelegir a la mayoría de los ministros de su predecesor, François Bayrou, y al reincorporar al ex Ministro de Finanzas Bruno Le Maire a las Fuerzas Armadas.

Obligado a formar urgentemente un nuevo gobierno para presentar un proyecto de presupuesto a principios de semana, Lecornu ha mantenido ciertamente a Gérald Darmanin en Justicia y a Jean-Noël Barrot en Asuntos Exteriores, así como a Rachida Dati en Cultura.

Pero es el prefecto de París, Laurent Núñez, quien sucede al líder del partido de derecha Los Republicanos (LR), Bruno Retailleau, en el Ministerio del Interior. El jefe saliente de la empresa pública de ferrocarriles SNCF, Jean-Pierre Farandou, asume la dirección del Ministerio de Trabajo.

Entre las otras entradas en el gobierno de Lecornu 2, la ex presidenta de la ONG WWF Francia Monique Barbut, enviada especial de Emmanuel Macron a la “Cumbre Un Planeta” sobre Biodiversidad en 2020-2021, está encargada de la Transición Ecológica. Y Edouard Geffray, de Educación Nacional, en sustitución de la ex Primera Ministra Élisabeth Borne.

“Sólo cuenta una cosa: el interés del país”, aseguró Lecornu en X, agradeciendo a los ministros “que participan en este gobierno con total libertad, más allá de los intereses personales y partidistas”.

La pregunta ahora es cuánto durará este ejecutivo, mientras el país atraviesa un período de inestabilidad política sin precedentes desde la disolución de la Asamblea Nacional en junio de 2024, que resultó en una cámara sin mayoría, dividida entre izquierda, centro derecha y extrema derecha.

Futuro frágil

Desde entonces se han sucedido cuatro primeros ministros.

Sobre todo, se acaba el tiempo para que Francia tenga un presupuesto para 2026: el Parlamento debe disponer, según la Constitución, de al menos 70 días para examinar un proyecto de presupuesto antes del 31 de diciembre.

Como se espera que Macron esté en Egipto el lunes en la “Cumbre por la Paz” en Gaza, el texto se presentará al Consejo de Ministros el martes por la mañana.

El futuro de este gobierno es muy frágil: con excepción del Partido Socialista, toda la izquierda ya ha pedido su censura inmediata, al igual que la Agrupación Nacional (RN, extrema derecha) y sus aliados.

Pero el grupo socialista (69 diputados) también amenaza con la censura, molesto por cuatro semanas de negociaciones infructuosas sobre sus reivindicaciones. En particular, quiere la suspensión inmediata y total de la reforma de las pensiones, la más emblemática del segundo mandato de Macron, adoptada en 2023 para retrasar la edad legal de jubilación a los 64 años, a pesar de meses de manifestaciones.

Por su parte, el partido LR aseguró al Gobierno su “apoyo texto por texto” en el Parlamento, lo que equivale a la no censura.

Una posible nueva disolución de la Asamblea por parte de Macron, que no ha descartado públicamente esta opción, podría beneficiar a RN según las encuestas, que sin embargo se equivocaron en gran medida al respecto en 2024.