Un feto puede familiarizarse con una lengua extranjera en el útero de su madre.
Written by rasco on October 12, 2025
Un feto puede familiarizarse con una lengua extranjera en el útero de su madre.
Investigadores de neuropsicología de la Universidad de Montreal han hecho un descubrimiento fascinante. Descubrieron que es posible familiarizarse con una lengua extranjera incluso antes del nacimiento.
Después de reproducir repetidamente otro idioma con fetos en el útero de mujeres de origen completamente francófono, demostraron que sus cerebros reaccionaban de la misma manera después del nacimiento que cuando escuchaban su lengua materna.
Para llegar a esta conclusión, reprodujeron audiolibros en hebreo o alemán a los fetos durante cinco semanas. Se eligieron estos idiomas porque son “fonológica y acústicamente diferentes del francés”, según Anne Gallagher, profesora de neuropsicología pediátrica que dirigió el estudio.
A partir de las 35 semanas de embarazo, las 60 mujeres reclutadas reprodujeron cuentos infantiles a sus bebés por nacer dos veces al día durante unos 20 minutos en un ambiente tranquilo y silencioso, utilizando auriculares colocados en sus vientres.
Una vez nacidos, fueron monitoreados en el Centro Hospitalario Universitario Sainte-Justine. Los investigadores utilizaron espectroscopia funcional de infrarrojo cercano, una técnica de imágenes ópticas que mide la actividad cerebral detectando cambios en la concentración de sangre oxigenada y desoxigenada en la corteza cerebral. Los resultados fueron sorprendentes.
“Observamos la reacción de sus cerebros a cada idioma. Lo que vimos fue que el francés era procesado por las áreas del cerebro asociadas con el lenguaje, que es una reacción normal a un idioma que ya conoces. Los bebés que escuchaban un idioma al que habían estado expuestos durante el embarazo mostraban una actividad cerebral similar a la observada con el francés. Había algunas diferencias, pero reclutaba áreas asociadas con el procesamiento del lenguaje, mientras que el lenguaje desconocido se procesaba más como estímulos auditivos, por lo que no son áreas que se caracterizan por procesar el lenguaje o realizar procesos lingüísticos”, explica Gallagher.
Sin embargo, esto no significa que hayan aprendido un nuevo idioma en el útero. “No diría que están aprendiendo un idioma, sino que son capaces de familiarizarse con un idioma, reconocer que es un idioma y procesarlo con áreas del cerebro relacionadas con el lenguaje”, explica el neuropsicólogo.
En total, su equipo vio a estos bebés siete veces: al nacer, a los cuatro meses, a los ocho meses, a los 12 meses, a los 18 meses, a los 24 meses y a los 36 meses. En cada una de sus visitas al laboratorio, se registró su actividad cerebral en reposo y luego mientras escuchaban las mismas historias narradas en diferentes idiomas.
“Hemos realizado una evaluación del desarrollo para ver cómo se están desarrollando cognitiva, lingüística y motoramente. A los tres años, podemos ir más allá en la evaluación. Podemos evaluar, por ejemplo, las capacidades intelectuales. Con todos estos datos, estamos observando longitudinalmente cómo se están desarrollando las redes. No hay muchos estudios longitudinales porque son caros y requieren mucho tiempo”.
Es poco probable que se produzcan efectos a largo plazo
Sin embargo, Gallagher duda que los efectos duren.
“Si no están en un ambiente donde hay mucho hebreo, por ejemplo, no creo que mantengan esas redes porque no les sirven de nada. Me sorprendería mucho si viéramos algo más. El cerebro es tan plástico que habrá estado expuesto a muchas cosas. En mi opinión, no veremos más efectos, y eso sería normal debido a la tremenda plasticidad del cerebro a esa edad”.
Incluso si estos niños hubieran estado expuestos al alemán o al hebreo antes de nacer, eso no significa que aprenderán esos idiomas más fácilmente en el futuro, señala.
“Tenemos que tener cuidado, no lo sabemos. Pero eso significa que realmente podemos influir en el desarrollo de las redes lingüísticas del cerebro durante el período prenatal”.
De hecho, cuanto más envejecemos, más difícil es adquirir nuevos conocimientos. Esto se debe nuevamente a la plasticidad del cerebro.
“Nuestros cerebros siguen siendo plásticos, como ahora se ha demostrado, pero menos que el de los niños, que cambiarán o se adaptarán a su entorno mucho más que los de los adultos. Por eso ciertos tipos de aprendizaje son más difíciles en la edad adulta”, afirma Gallagher.
–Este informe de La Presse Canadienne fue traducido por CityNews
Descarga nuestra APP BEONERADIO
Google Play | Apple Store
www.be1radio.com
Instagram: @be1radio