3 en 1: Ricky Martin, Enrique Iglesias, Pitbull y el volcán en erupción que fue su concierto en Montreal

Llegaría luego el turno de Enrique Iglesias, quien, si bien no mostró el mejor estado de su voz en vivo, ofreció una puesta en escena de la más alta calidad. Jugando inteligentemente con las dinámicas, modulando la energía del show entre sus famosas canciones pop/reguetón y las más románticas baladas/bachatas, el español hizo vibrar a los presentes en el Centre Bell. Para complacer a toda la audiencia multilingüe, Enrique alternó también entre temas en inglés y en español, pasando de “Be with You” y “Hero” a “Duele el Corazón” y “Súbeme la Radio”.

El gran factor sorpresa de su presentación vendría con un cambio escenográfico insólito, pasando del escenario principal a una reducida tarima ubicada en la parte posterior del Centre Bell, cerca de la tribuna sur. En un formato íntimo, bajo la luz de una multitud de velas sobre él, tres de sus músicos y una de sus coristas, Enrique cantó dos bachatas románticas, “Cuando Me Enamoro” y “Loco”, esta última interpretada a dúo con su corista. Su participación concluiría con su éxito flamenco-pop “Bailando”, acompañado de globos blancos con sus iniciales “E.I.” flotando por todo el recinto.

Para cerrar la fiesta con broche de oro, el astro del pop latino Ricky Martin aparecería en escena al promediar las 10:30 de la noche, encendiendo la tarima junto a una formación de 4 bailarines y 3 bailarinas. Irrumpiendo con dos de sus temas más movidos, “Pégate” y “María”, los ritmos de la bomba y plena puertorriqueña se apoderaron del Centre Bell. La ya conocida elegancia vigorosa de Ricky Martin se lució desde el inicio, para luego mantener esa energía a tope con canciones como “Adrenalina,” “Lola Lola,” “La Bomba,” entre otras.

Después de esta inyección de sabor, vendría el momento de bajar las revoluciones como lo hizo Iglesias, con baladas como “Tu Recuerdo” y “Vuelve”. A pesar de que el público de Montreal no conocía tan bien sus temas como con los dos artistas anteriores más contemporáneos, reconocieron el talento de Ricky con muchos aplausos. Eso fue hasta que llegó su éxito “Livin’ la Vida Loca”, con lo que los aplausos se convirtieron en gritos y en pasos de baile jubilosos. Se montó así una fiesta total, como invita la canción misma, que Ricky coronó con “La Copa de la Vida,” el éxito que se convirtió en el himno del Mundial de Fútbol de Francia 1998.

“Los amo Montreal, los amo mucho. Espectacular, espectacular, siempre lo mismo”, fueron las últimas palabras de Ricky ante la ovación al fin de su presentación, resumiendo acertadamente lo que fue un mega concierto que quedará en la memoria de los fans de Montreal por mucho tiempo.