Un informe encuentra que los trabajadores negros de atención de la salud y otros trabajadores están subrepresentados en Quebec

Eding Mvilongo tiene 12 años de experiencia como anestesióloga y durante más de 10 de esos años no tuvo colegas negros.

Su situación se refleja en un nuevo informe que se presenta a las Naciones Unidas sobre el racismo contra los negros en Quebec.

El informe es parte del examen periódico universal de Canadá que evalúa el historial de derechos humanos de un país.

Los hallazgos podrían poner en riesgo el historial de derechos humanos de Canadá.

Mvilongo trabaja en hospitales y clínicas en Laval y dice que, en lo que respecta a la gestión, hay aún menos personas negras y que la representación insuficiente puede generar desconfianza en el sistema de atención médica.

“Puede recibir toda la capacitación que desee en clases y seminarios web, pero si no ha vivido estas realidades, no tiene forma de saberlo”, dijo.

En 2020, la Agencia de Salud Pública de Canadá descubrió que, en los últimos años, “el racismo se ha reconocido cada vez más como un impulsor importante de los resultados de salud desiguales para los canadienses racializados”.

“Ejemplos bien documentados a nivel institucional y social incluyen baja representación o ausencia de personas negras en posiciones de liderazgo”, se lee en el informe.

Un nuevo estudio en conjunto con la clínica para la defensa de los derechos humanos de la UQAM (la Universidad de Quebec en Montreal) dice que parte del problema es la negativa de Quebec a reconocer el racismo sistémico.

“La falta de reconocimiento del problema alimenta la falta de propuestas de solución”, dijo el investigador Ricardo L’Amour.

El informe tiene 31 recomendaciones sobre atención médica, policía e inmigración.

Cuando se trata de inmigrantes negros, el informe encontró que “los empleados de Inmigración de Canadá han expresado su preocupación por las referencias racistas internas y los estereotipos de las personas como ‘corruptas o poco confiables'”. Estos funcionarios han dicho que creen que estas manifestaciones de racismo pueden ‘afectar el procesamiento de casos'”.

“Contamina todo el proceso de aceptación de esa persona”, dijo L’Amour.

Esos estereotipos, dijo el investigador, también pueden extenderse a quienes buscan visas de estudiante.

La activista de inmigración Rivka Augenfeld dijo que los algoritmos que deciden quién recibe uno son defectuosos.

“Termina habiendo una discriminación incorporada en el programa, por lo que ni siquiera es un ser humano el que decide que a alguien de África se le debe negar una visa de estudiante”, dijo.

Augenfeld, L’Amours y otros esperan que la situación de Quebec ocupe un lugar central en la revisión de derechos humanos de Canadá en noviembre.