sin saludo, sin fotos y con un discurso reivindicativo en la ceremonia

La ucraniana Marta Kostyuk se alzó este domingo con su primer título WTA, el 250 de Austin, en una final que estuvo marcada por la fría relación con su rival, la rusa Varvara Grachova. Sin miradas en el sorteo de pista, sin saludo y sin fotos juntas, así se desarrolló una final que culminó con unas palabras reivindicativas de la ganadora hacia su país.

El momento más feliz de la carrera de la joven tenista de 20 años quedará marcado en su memoria, quizás, como uno de los partidos más tensos de su recorrido como profesional. Una batalla en la que se impuso por 6-3 y 7-5, pero que ha trascendido más allá del mero resultado por la irrespirable presión que se vivió en el duelo entre la rusa y la ucraniana.

En el partido no hubo saludo inicial, tampoco final, no hubo fotos conjuntas de las finalistas -se las hicieron por separado- ni menciones a la rival en los discursos, todo lo contrario, generando un clima de tirantez que llegó al máximo.

Quiero dedicarle esta victoria a Ucrania, ya que todos siguen luchando allí 

“Estando en la posición en la que estoy ahora mismo, se vuelve extremadamente especial ganar un título, quiero dedicarle esta victoria a Ucrania, ya que todos siguen luchando allí y, desgraciadamente, muchos de ellos siguen muriendo. Obviamente, es un momento muy especial, sin importar cuándo ni dónde suceda”, señaló visiblemente emocionada delante de su rival con el trofeo de campeona en las manos.

Minutos antes, tras el último punto, Kostyuk mostró la emoción contenida por el triunfo tirándose al suelo y rompiendo a llorar sin siquiera pensar en acercarse a la red a reconocer el buen juego de su rival. La guerra de Ucrania se trasladó a la pista estadounidense en otro episodio más de polémica por la guerra en el mundo del tenis.