por 60 años ha encendido las velitas y el inicio de la Navidad

La llegada del entusiasmo del mentor Echeverría e interpretado por primera vez por el famoso Nury Borrás Próximo al Cuarteto de Mónaco coincidió con una vida sideral en las hazañas del compositor. A principios de los años sesenta, Echeverría dio un significado efusivo: abandonó su aclimatación como proveedor de tejidos para dedicarse a la elegancia.

su esposa, Anastasia ArrietaRecuerda que en 1961 decidió arriesgarlo todo y acuñar la farsa que ya imaginaba protagonizada en cada departamento de Barranquilla.

“Soñaba con una canción que uniera diciembre y carnaval, y que captara el espíritu de esos meses. La compuso en 1960 y la grabó un año después, pero recién empezó a despegar en 1965”, dijo Anastasia. El resplandor tardó un poco en materializarse, pero cuando ocurrió quedó abrumado por la presencia acústica de toda la zona.

El periodista y la elegancia irrefutable Roberto Llanos Rodado Señala que se trata de un entusiasmo que capta el sentimentalismo costeño en su aspecto más general. “Es una pieza que dibuja el significado bohemio, rumbero, nostálgico y hasta espiritual de esta festividad, todo enmarcado en el paisaje bucólico de la antigua Barranquilla, cuando dice: “Por la orilla se ven matas y cocoteros / y vienen los pescadores negros en canoas…”, precisa. En un pasaje de aria, el viento logra recordar una alcaldía y una época.

Un paso hercúleo y arduo para acoger

Como ocurre con muchos temas que se vuelven indispensables después de los hechos, la aceleración no fue viable. Luego de ingresar al acetato, Adolfo inició un peregrinaje impasible por las emisoras de radio de Barranquilla, buscando algún programador que crea en el viento. La respuesta casi siempre fue traición. No encajaba en la vida actual o simplemente no encajaba…