Para los fanáticos de los Beatles, ‘nuevas’ pistas generadas por inteligencia artificial

Cuando los Beatles se separaron hace más de 50 años, el legendario grupo dejó hambrientos a sus seguidores. Pero con la inteligencia artificial, su apetito finalmente está parcialmente satisfecho.

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Al “reunir” a los cuatro artistas nuevamente, o al revisar los últimos trabajos de Paul McCartney con su voz juvenil, estas creaciones resaltan los avances tecnológicos recientes, al tiempo que plantean una serie de cuestiones éticas y legales.

“¡Estoy llorando! ¡Esto es tan hermoso!”, escribió un oyente en YouTube, debajo del video del sencillo “New” (2013) de Paul McCartney, que fue modificado por fanáticos usando inteligencia artificial (IA). Su voz se rejuvenece y la canción presenta una parte cantada por su difunto amigo y compañero John Lennon.

Igualmente impresionante: una versión de “Grow Old With Me”, una de las últimas canciones escritas por John Lennon, lanzada después de su asesinato y recreada por un entusiasta de la inteligencia artificial que se hace llamar “Dae Lims”.

Con una calidad de audio mejorada y coros que evocan el apogeo de la banda en Liverpool, el momento más emotivo de la canción llega cuando Paul McCartney canta la melodía.

“Cuando escucho eso, me vuelvo loco. Estoy empezando a llorar”, dijo Steve Onotera, YouTuber con un millón de suscriptores, o “SamuraiGuitarist” en línea, en un video.

Después de que la banda se separó, a los fanáticos les robaron un “final feliz”, dice. “Entonces, cuando los ves reunidos artificialmente, pero de manera convincente, gracias a la inteligencia artificial, es muy conmovedor”.

La canción “Heart on a Sleeve”, que reúne a los artistas Drake y The Weeknd, obtuvo millones de clics en TikTok y otras plataformas.

La tecnología utilizada analiza y captura los matices de una voz. Los creadores probablemente canten la letra ellos mismos, antes de aplicar un “clon” de la voz deseada, como aplicar un filtro a una fotografía.

Llegar allí no es fácil y requiere humanos que sepan cómo manejar la IA, con un conocimiento real del software de música, según Zohaib Ahmed, director ejecutivo de Resemble AI, una empresa de Toronto especializada en este campo.

“Creo que todavía hay solo una parte muy pequeña de la población que puede acceder a estas herramientas”, dice. Tienes que “leer en él, tener la computadora adecuada y ponerlo todo junto”.

Su compañía es una de las que ofrece una plataforma que puede lanzarse más ampliamente a la industria del entretenimiento, incluido un documental de Netflix supuestamente ‘comentado’ por la voz del difunto Andy Warhol.

Para Patricia Alessandrini, compositora y profesora de Stanford, el creciente número de pistas generadas por IA representa la mayoría de edad de una tecnología que ha crecido exponencialmente, aunque permanece bastante alejada del público general durante la última década.

“Es un buen ejemplo de lo que la IA hace realmente bien, que tiene que ver con los parecidos”, dijo a la AFP. Pero “realmente no hay riesgo de que reemplace la rica historia del arte y la cultura creada por los humanos”.

Para la industria de la música, las implicaciones son enormes. La tecnología que permite a las personas transformar fácilmente su voz en la de su cantante favorito probablemente no tardará en llegar.

Si a los artistas “se les paga por una licencia de su voz, entonces todos están contentos”, estima Steve Onotera. “Pero, ¿qué pasa con aquellos que llevan mucho tiempo muertos?”

El tema de los derechos de autor es central.

En el caso de “Heart on a Sleeve”, el grupo Universal hizo retirar la pieza de las plataformas de streaming –sin que ello impida que vuelva a aparecer online aquí y allá.

Según Marc Ostrow, abogado especializado en estos temas, la música generada por IA es una “zona gris”.

Los derechos pueden ser reclamados tanto por artistas como por sellos discográficos. Pero los creadores de contenido que usan IA pueden reclamar el concepto legal de “uso justo” (“uso razonable”), una especie de cláusula de excepción.

La Corte Suprema de EE. UU. se inclinó en la dirección opuesta el mes pasado al estimar que un fotógrafo, cuya instantánea del músico Prince fue utilizada por el pintor Andy Warhol, debería haber recibido los derechos de autor.

En última instancia, “creo que la industria establecerá los estándares deliberadamente (…) o terminará en los tribunales”, dijo Marc Ostrow a la AFP.

Los sellos sí tendrán que lidiar con la mala publicidad provocada por una demanda contra el trabajo de un fan, visto como un tributo y no como una fuente de dinero.