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“Nadar es mi derecho. El deporte me lo da todo, si me lo quitan..”

Written by on February 25, 2023

Un año ha pasado desde el inicio de la guerra en Ucrania. Lo que en un principio era una ‘operación militar especial’ se ha tornado en graves consecuencias con múltiples fallecidos, pérdidas de familiares, sitios destrozados o vidas y hogares truncados. 

El mundo del deporte no es ajeno a eso. Un año ha pasado desde que miles de deportistas huyeron de su país ante el horror de la guerra.

España fue otro de los países que abrió sus brazos a futbolistas, jugadores de voleibol, ciclistas, atletas, judocas, nadadores y un sinfín de deportes, cuyos clubes estaban dispuestos a introducir nuevas rutinas que se quedaran fijadas en sus memorias para enmascarar el espanto de la situación.

Mientras que empezaban una nueva vida, los medios de comunicación quisieron arroparles contando sus historias, intentando poner imágenes, palabras y sonidos a lo que habían vivido en su tierra. Los deportistas entonces hablaban de sus planes de futuro en nuestro país, de los miedos derivados de la distancia, pero con ganas de establecer nuevos récords con la mirada puesta en los Juegos Olímpicos de París 2024. Ha pasado un año y en estos momentos pocos deportistas quieren hablar de su experiencia, de sus vivencias. El miedo, la tristeza y la impotencia avivan y rechazan cualquier contacto que no sea dentro del panorama puramente deportivo.

Una de las personas que se han atrevido a hablar es Valeria  Zinxenko. Esta nadadora solamente tiene un objetivo: nadar. Tiene 16 años y la vida la ha puesto en el Club Sant Andreu donde desde un primer momento, la ayudaron para que lograse su clasificación para los Juegos.

Ella reclama con voz tajante: “es mi derecho. El deporte me lo da todo, si me lo quitan...”. Su capacidad de sacrificio, tesón y valentía la hicieron renunciar a parte de su familia para conseguir su sueño.

Recuerda que emprendieron el viaje de Ucrania en marzo en cuanto se produjeron los primeros bombardeos y supieron que estaban dentro de una guerra. 

Viajó con su madre, su abuela y dos hermanos pequeños, con miedo, sin saber si podrían volver algún día. En Ucrania dejó a su padre y su hermano y pocas veces se comunican. Allí están más pendientes de sobrevivir y poder continuar “como puede” con los estudios universitarios de su hermano.

Ahora vive “con otros nadadores” y solo sabe que su familia “está a salvo en España”.  No quiere renunciar a nadar y solo tiene palabras de reconocimiento para “mi grandes entrenadores Carlos Peña y Jordi Jou“.

Valeria en plena competición
Valeria en plena competición
V.Z.

“Mis compañeros siempre ponen una sonrisa en mi cara”

La dos veces olímpica Jessica Val dice de ella que “tiene un don. Su patada es espectacular, debería aprender de ella.” Valeria solmente dice que “mis compañeros siempre ponen una sonrisa en mi cara todos los días“.

Madura para su edad, con la consciencia de estar en un “paraíso” que no es lo que hay en Ucrania, Valeria se muestra agradecida “a todo su Club, a sus entrenadores, compañeros, a todo el pueblo español y al Gobierno”, por haberle brindado la “oportunidad de cumplir mi sueño fuera del horror de la guerra“.

Vladyslav Kurylenko, el futbolista del Burgos División de Honor

Los valores del deporte son cercanos. La cultura del esfuerzo y del trabajo en equipo también dieron la oportunidad al futbolista Vladyslav Kurylenko, quien huyó con su familia en cuanto empezaron los bombardeos sobre Kiev y pasó siete días viajando de noche en  un coche sin luces para no ser vistos y alcanzados por los rusos. Asustados, tras un largo viaje, llegaron a Burgos donde Nacho Alonso, tío del deportista, lo recuerda con cariño y preocupación. 

“Era uno más del equipo. Al principio se incorporó y todo fue bien, pero se les hacía duro tener a la familia en Kiev y se marcharon“.  La voz se entrecorta al recordar, pero enseguida se repone y dice que tiene “contacto con ellos y están bien“.

El deporte sigue sufriendo las consecuencias de la guerra. En los últimos meses, se han celebrado competiciones y eventos con la presencia de atletas ucranianos exiliados de su país, aclamados por el público

Todos tienen un nombre detrás que huye de la guerra. Muchos llegaron a España, tantos otros se han marchado por no poder soportar ver a sus familiares lidiando con la vida entre bombas. Valeria Zinxenko es hoy una nadadora más que intentará cumplir con su sueño y su objetivo fuera de la guerra: los Juegos de París 2024.

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