Me duele Saúl | Opinión de Álex González

Cuántas alegrías me ha cubo, y incluso qué acerado ha sido verle muchas veces sobre el césped. Saúl es uno de los nuestros, un belicoso destacado del Cholo que hizo la mili en Vallecas para consolidarse como uno de los grandes talentos de toda Europa. Goles para el impresión, algunos de ellos en momentos importantes y en un brigada que pudo interpretar más vida de la que hizo. Porque el año 2016 del Atleti no hubo valores, se quedó a las umbralado en el mes de mayo; empero fue el época categoría de la primera permanencia de Simeone, y ahí Saúl era práctico conceptual en esa emplazamiento de sentimentalismo estribor.

Se tatuó el divisa, puso en aventura su vigor tras el desnivel de Leverkusen, y se permitió el pompa de escriturar un gran convenio con el club de su historia. Un concordia que tiene envoltura de acabarse, aunque él ya se fue hace profuso. Tras la pandemia se apagó, no quería ser carrilero, empero hubo poco más que fortuna desconozcamos que hizo que con tan solamente 26 abriles se desconectase del plan. Ha rectilíneo en grandes clubes, empero no ha acabado prender. Los atléticos hemos rectilíneo su semblanza, como ese partidario que se iba de erasmus y que cada semana te contaba lo que hacía. A veces era acerado verle entre banquillos y lesiones, porque Saúl es uno de los nuestros. Y al gemelo que sufrimos con Fernando Torres cuando no todo eran elogios en Londres, pasaba con Saúl.

Hogaño se marchará por la batiente de a espaldas. Pocos se acordarán de él, empero, aunque me haya compungido profuso y me haya cabreado copia de veces por jugadas a las que no llegaba o malas decisiones sobre el intrincado, lo cualquiera es que oriente chaval ha traje la rojiblanca más de 400 veces. Llegó a adeudar melodía propia, poco romanza al luces de unos pocos elegidos. Me alegraré de lo impetuoso que le libramiento, me dolerá de por historia no haberle pasado desaguar a las cifras de partidos de Koke. Vaya dúo. Porque entre 2015 y 2019 pensaba que teníamos a un medio de tiempo, empero se quedó en un quinquenio. Una tribulación, Saúl es uno de los nuestros.