Más Allá de las Palabras: El Impacto del Discurso chavista en Venezuela

Durante mis estudios en Comunicación Organizacional en la Universidad de Montreal, viví una experiencia que subraya el impacto profundo del discurso. En una de nuestras asignaciones finales, el profesor nos pidió formar grupos de tres para analizar un caso sobre “El Poder de la Comunicación y el Impacto del Discurso”. Mi equipo estaba compuesto por jóvenes quebequenses mucho menores que yo, y cuando presenté la idea de estudiar a Hugo Chávez, la reacción fue unánime: un rotundo no. Ninguna de ellas conocía a este personaje y, sinceramente, no les interesaba en absoluto.

Decidimos presentar nuestras propuestas al profesor para que él eligiera una. Al escuchar mi propuesta sobre analizar el modelo de comunicación de Hugo Chávez en Venezuela, su rostro se iluminó. Consideró que era la opción más interesante.

Durante el estudio, descubrimos un ser humano extremadamente estratégico. Analizamos en detalle muchos de sus discursos, observando sus expresiones faciales, orales y verbales. Al principio, Chávez parecía una persona confiable, comprometida con el bienestar de su país y su gente. Sin embargo, una vez en el poder, su discurso y mensaje fueron transformándose, revelando el tirano que llegó a ser. Todo en su comunicación cambió: sus gestos faciales, el uso de las manos, su mirada. Se convirtió en un claro ejemplo de un dictador que utilizaba el poder de la palabra para manipular y controlar.

Observamos cómo su discurso evolucionó para perpetuarse en el poder, dejando un legado que delegó en un sucesor aún más nefasto, quien entendió rápidamente el poder del “poder heredado”. Mientras Chávez cautivó y engañó a muchos con su elocuencia, su sucesor no ha logrado lo mismo. Después de 25 años de dictadura, su discurso actual ha perdido impacto y está contribuyendo a su caída. El castillo ficticio que construyó Nicolás Maduro está desmoronándose.

A pesar del fraude monumental que marcará su nombre en la historia el pasado 28 de julio, tengo la esperanza de que le quedan pocas horas en el poder al “chavismo”. Este es un recordatorio para todos los países que observamos la situación: el poder de la comunicación es real y se manifiesta de diversas maneras. Como ciudadanos responsables, debemos estudiar los discursos de nuestros líderes, identificar patrones comunes y detectar señales de quienes podrían convertirse en líderes destructivos.

En cuanto a nuestro proyecto final, fue un gran éxito. Recibimos elogios de nuestros compañeros y obtuvimos una excelente calificación. No solo porque el personaje estudiado era un claro ejemplo del tema, sino por haber revelado la realidad de un país rico en muchos aspectos, especialmente en talento y determinación, un país que clama por libertad. Mi admiración por los venezolanos que luchan por su libertad: aquellos que se manifiestan en las calles, los activos en redes sociales, los que oran y los que dejan sus uniformes para unirse al pueblo. ¡Hasta el final!