Los inhaladores emiten enormes cantidades de GEI, los hospitales intentan reducirlos

En Quebec se utilizan cada año cientos de miles de inhaladores de dosis medidas. Un hecho poco conocido es que estos dispositivos, que administran medicamentos en aerosol al tracto respiratorio, son extremadamente contaminantes. La huella de carbono asociada al uso de un solo dispositivo puede equivaler a un viaje en coche de 290 km. La buena noticia es que personal dedicado encabeza proyectos innovadores para minimizar su impacto ambiental.

Este es el caso del CHU Sainte-Justine y del Instituto del Corazón y los Pulmones de Quebec (IUCPQ), donde se ha puesto en marcha un programa de reciclaje de inhaladores de dosis medidas. Además, siempre que sea posible, se ofrecen tratamientos alternativos menos contaminantes.

En Canadá, el asma afecta aproximadamente al 10 por ciento de la población. Es uno de los principales motivos de visitas a urgencias y hospitalizaciones. Dos expertos señalan un círculo vicioso en esta enfermedad, ya que, por un lado, el asma se ve agravada por los efectos del cambio climático y, al mismo tiempo, su gestión contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero.

“Somos muy conscientes de esto porque tratamos a niños con problemas respiratorios. Sabemos que estarán expuestos a la contaminación, al cambio climático y a todo lo que conlleva, que es perjudicial para los pulmones”, afirma el Dr. Sze Man Tse, neumólogo del Centro Hospitalario Universitario Sainte-Justine. “Por eso, incluso durante nuestro cuidado, intentamos reducir el impacto de nuestra huella de carbono. En última instancia, son los niños los que se beneficiarán en el futuro”.

Devolver su bomba a la farmacia

Isabelle Giroux, farmacéutica del IUCPQ, señala que existen diferentes tipos de dispositivos inhaladores. Los que tienen forma de L tienen un componente de plástico y un pequeño bote que presuriza el medicamento. “Esto provoca que se disperse. El gas contenido en el bote es un propulsor HFA (hidrofluoroalcano). Estos gases son hasta 1.300 veces más contaminantes y potentes que el CO2”, explica Giroux.

El gas contenido en las bombas es, por tanto, un alto emisor de GEI. “A escala mundial, se estima que cada año se recetan aproximadamente 18 millones de inhaladores de dosis medidas. Esto liberará hasta 13 mil millones de toneladas equivalentes de CO2 al medio ambiente”, afirma Giroux.

Insta al público a no tirar sus inhaladores de dosis medidas a la basura, ya que el gas seguirá escapando al medio ambiente. Las personas pueden devolverlos a su farmacia. Y el impacto es significativo cuando se reciclan adecuadamente. Según la red Cascades, que promueve la implementación de prácticas y políticas de salud sostenibles en Canadá, cuando se recicla adecuadamente, una bomba ahorra ocho litros de gasolina.

Un aspecto del Proyecto Inhalador creado en el CHU Sainte-Justine es su programa de reciclaje de inhaladores de dosis medidas en el hospital. Desde 2023, tanto los profesionales como los pacientes pueden depositar las bombas en contenedores designados. La empresa Go Zero recoge y recicla los distintos componentes del dispositivo.

Cambiar los hábitos de los prescriptores

El Dr. Sze Man Tse también señala que los tratamientos alternativos son menos contaminantes y que la elección del inhalador debe ser una decisión conjunta entre el profesional sanitario y el paciente.

Se refiere en particular a los dispositivos de pólvora seca que no utilizan gas propulsor. “Es un polvo muy fino, pero no todos los niños son capaces de tomarlo. Generalmente los niños de 8 a 10 años en adelante tienen la técnica adecuada para hacerlo, pero los más pequeños no suelen ser capaces de utilizar estos polvos secos”, afirma el neumólogo.

Isabelle Giroux cree que los médicos deben cambiar sus hábitos de prescripción y optar por alternativas menos contaminantes cuando no existan contraindicaciones para el paciente. Según el farmacéutico, los prescriptores no tienen necesariamente en cuenta el hecho de que los inhaladores de dosis medidas sean muy perjudiciales para el medio ambiente.

La IUCPQ también ha desarrollado un nuevo enfoque para la selección y uso de medicamentos inhalados. En fisiología respiratoria, el personal ahora instala un espaciador entre el dispositivo y el paciente (y limpia el dispositivo de manera segura). “Intentamos en la medida de lo posible maximizar su uso”, resume Giroux.

“Esto ha dado lugar a reducciones realmente interesantes. En el transcurso de un año, hemos reducido el número de inhaladores en 5.000. En términos de reducción de GEI, eso equivale a 14 veces la circunferencia del planeta. Y eso es sólo mi hospital, en sólo un año”, explica el farmacéutico.

En el CHU Sainte-Justine, tras una encuesta entre profesionales, se constató que la gente estaba muy preocupada por el cambio climático, pero carecía de conocimientos para implementar acciones concretas que pudieran reducir su huella de carbono.

Actualmente el hospital está desarrollando formación y herramientas para facilitar las prescripciones.

El Dr. Sze Man Tse y la farmacéutica Isabelle Giroux señalaron que este tipo de iniciativas medioambientales son actualmente proyectos locales. Les gustaría ver una directiva nacional que les dé la libertad de reducir verdaderamente la huella de carbono en el sistema sanitario.

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–Este informe de La Presse Canadienne fue traducido por CityNews