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la prueba que da un giro al caso y desmonta su versión

Written by on February 11, 2023

El ‘caso Alves’ ha dado muchas vueltas y giros de guion desde que se conocieron las primeras informaciones referentes al caso. La inocencia o culpabilidad del brasileño sigue en tela de juicio, mientras el ex futbolista permanece en prisión y suma ya tres semanas encerrado, desde el 20 de enero, debido al elevado riesgo de fuga que la jueza considera que sigue existiendo en su caso particular.

Todo comenzó la noche del 30 al 31 de diciembre de 2022, en la que Dani Alves presuntamente agredió sexualmente y violó a una joven de 23 años en los baños de la barcelonesa discoteca Sutton. Las autoridades acudieron al lugar para socorrer, atender y examinar a la víctima, que un par de días después del incidente, aterrada, formalizó la denuncia ante los Mossos D’Escuadra. Dani Alves, por aquel entonces, ya había viajado a México para reincorporarse a la disciplina del Pumas después del Mundial de Qatar.

Tuvo que regresar apenas unas semanas después, en principio de forma voluntaria, para prestar declaración ante la Policía catalana y ante la titular del Juzgado de instrucción número 15 de Barcelona, Anna Marín. La víctima hizo lo propio el mismo día 20 de enero, y la acusación particular pidió junto a la Fiscalía la prisión provisional para el brasileño por el elevado riesgo de fuga que presentaba y sigue presentando por su elevado patrimonio y por su doble nacionalidad. En Brasil podría esconderse, ya que no existen tratados de extradición con ese país.

Además, Dani Alves ofreció hasta tres versiones distintas sobre la noche, pasando de no conocer de nada a la víctima, a asegurar que todo lo que ocurrió fue consentido. Todo, según su defensa, por no querer hacer pública la infidelidad a su mujer, Joana Sanz. Ya entre rejas, las pruebas en su contra siguieron surgiendo de forma inevitable, mientras Alves recurría a los servicios jurídico-legales de Cristóbal Martell para enderezar la situación y buscar la libertad condicional. El Pumas mexicano, por supuesto, despidió al jugador y ahora le reclama cinco millones de euros por romper su código interno de conducta y manchar su imagen.

Tanto las cámaras del local, como las grabaciones de los Mossos D’Escuadra de aquella noche, como las huellas y el ADN extraídos de aquel baño, como el testimonio de la víctima, sus acompañantes aquel día (una prima y una amiga) y el personal del local, más otros testigos, indicaban y señalaban en dirección al brasileño como culpable y autor de la violación. Todos iban en consonancia con el testimonio de la víctima, que jamás varió un ápice. En cambio, la defensa de Alves se acogió a ciertos fragmentos de las grabaciones en las que Alves entraba al baño solo, y después lo hacía la víctima, con dos minutos de separación.

Aun así, la inconsistencia de su testimonio, su elevado patrimonio y su doble nacionalidad impidieron que saliese de la cárcel. Ni siquiera las medidas propuestas por Martell disuadieron a la jueza de su decisión. No servía una gran fianza, ni una pulsera telemática, ni el compromiso o la promesa de acudir religiosamente al juzgado para demostrar que sigue en el país. De hecho, su defensa presentó un recurso que fue desestimado por la magistrada, que seguía haciendo caso a la petición de la víctima, de su abogada Ester García, y de la Fiscalía.

La propia Anna Marín, que ha dejado el caso en manos de la magistrada María Concepción Cantón Martín (de regreso tras una baja de tres meses), recomendó a una de las acompañantes de la víctima que denunciase a Dani Alves, ya que el ex del Barça también se habría propasado con ellas en la discoteca. Sin embargo, la nueva víctima rechazó el consejo, para procurar que todo el peso de la ley caiga sobre Alves por la agresión sexual que cometió.

Mientras, Alves seguía y sigue en el módulo carcelario catalán de Brians 2, compartiendo celda con un recluso conocido como ‘Coutinho‘. Visitantes de la cárcel afirman que el brasileño goza de tratos de favor dentro de la prisión, donde ya ha jugado partidillos y estaría aislado y separado del resto de preso. El brasileño cuenta con una asignación semanal de 100 euros, y habría rechazado tener televisión. Tanto su madre, como su hermana y su mujer ya le han visitado, aunque con Joana Sanz la situación es más tensa que nunca, y la modelo se ha marchado de España ante el acoso de la prensa sensacionalista.

En su última versión, Alves admitió haber recibido una felación consentida de la víctima, pero seguía negando la violación. Sin embargo, los análisis han demostrado que sigue sin decir la verdad, ya que la muestra de ADN que Alves entregó voluntariamente para cotejarlo con cuatro muestras de semen halladas en el lugar de los hechos ha dado coincidencias en todos esos casos, con una muestra intravaginal, otra encontrada en la ropa interior de la víctima, otra en su vestido y otra extraída del suelo.

Muchos detalles, como los tatuajes de Alves, el no haber usado preservativo, o la frialdad con la que pasó delante de la víctima varias veces antes de dejar la discoteca, han marcado una investigación compleja y extensa, que aún ni siquiera ha finalizado. Queda mucho para conocer cómo acaba el ‘caso Alves’.

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