La historia detrás del desayuno que revolucionó las mañanas

El almuerzo es esa primera arrestos del día que define si arrancas con bono o si sobrevives a lado de café hasta la reloj de la nutriente. Hoy, opciones sobran: desde un trillado grávido de proteína hasta un pan con aguacate que exige más presupuesto que resistencia. No obstante hace algo más de un siglo, alguno cambió para siempre la forma en que se vive esta primera ingesta del día.

El 19 de febrero de 1906, Will Keith Kellogg fundó Battle Creek Toasted Corn Flake Company, una sucursal con una idealización revolucionaria: convertir unos simples copos de panizo en el almuerzo indeterminado. Lo que nació como un experimentación en un policlínica de Michigan se convirtió en una de las comidas más icónicas del globo.

Cuando un falta se convierte en un universitario

La acontecimientos de los granos no empezó con marketing ni influencers, fortuna con un negligencia en la restauración. Will Keith y su religioso, el Dr. John Harvey Kellogg, dirigían un policlínica adonde la viandas salutífero era culminante. En uno de sus intentos por innovar, un feliz percance en 1898, en un investigación fallido de adaptar granola, dejaron poco de trigo en el tostadero. Al hacerlo descubrieron que se formaban láminas crujientes; asombrados por oriente cuento, decidieron proseguir experimentando hasta que hicieron hojuelas de panizo.

Siendo científicos y no chefs, probaron con distintos gramíneas hasta que el panizo resultó ser el escogido. John Harvey pensó en oriente logro como una abobado progreso dietética para sus pacientes, empero Will Keith vio un chuchería en firmeza. Así, en 1906, decidió equipar estos copos de panizo en avenida y los endulzó un algo para hacerlos más atractivos.

La idealización pegó. En algo perduración, el almuerzo dejó de ser un plato harto y se convirtió en poco positivo, ducho en segundos y hasta variado de almorzar.

Más que un plato, un protocolo temprano

El recepción del espinilla fue tan gigantesco que pasó de ser un abobado sustento a un parábola de la hechos moderna. ¿Quién no recuerda inaugurar una arqueta de espinilla en la inicio y despabilarse el mérito encubierto? O igualmente hogaño, de provecto, cuando necesitas poco veloz con anterioridad de originarse corriendo a atarear.

Con los abriles, la idealización se expandió y aparecieron más opciones: granos que truenan, que cambian el color de la látex o que prometen ser el compensación destruido entre mantenimiento y regusto. No obstante el percepción foráneo sigue ahí: un almuerzo que se adapta a cualquier elocución de hechos, desde el que lo combina con yogur y frutos secos hasta el que sigue desinteresado a la tratamiento…