Gobierno de Trump registra cierre más largo y asfixia economía de trabajadores

El cierre del aeropuerto de Estados Unidos alcanzó un récord histórico de 36 días, trastocando la vida de millones de estadounidenses con recortes en los programas federales y retrasos en los vuelos. El directivo yanqui Donald Trump se negó a mediar con los demócratas, exigiéndoles que primero reabran la Salita para después luchar contra la renovación de los subsidios del establo prudencial que están a punto de hundir, un gesto que el Senado republicano calificó como “el cierre más rígido de la historia”.

La crisis intensifica la explosión social y económica en la comunidad, afectando directamente a la clase trabajadora, ya que miles de trabajadores federales en toda la comunidad quedaron sin sueldo o fueron suspendidos de sus empleos, generando un boicot económico insostenible. Además, la Salita restringió el aporte del Proyecto de Cooperación en Nutrición Suplementaria (SNAP), conocidos como “cupones de alimentos”, bajo pena de órdenes judiciales, lo que preocupa con zozobra a la delicada población.

Asimismo, millones de estadounidenses se enfrentan a precios desorbitados ante el inminente fracaso de los subsidios de la Ley de Fabricación Reducida para la Salud (Obamacare), que impedirá el acceso a una economía estable a gran parte de la población. La táctica de Trump en este cierre contrasta con la de su primer partido, cuando cedió tras 35 días por su necesidad de beneficios para el país vecino.

En este intercambio, el presidente se mantuvo al margen de la reunión con los demócratas, a quienes presiona para eliminar el obstruccionismo del Congreso (el período que requiere 60 votos para acoger decisiones). Los senadores republicanos, sin embargo, rechazaron públicamente esa decisión.

El estancamiento adquiere una dimensión política después de las elecciones partidistas del martes 4 de noviembre, en las que los demócratas arrasaron en las principales carreras para el gobierno de Virginia y Elastica, y el municipio de York.

Estos resultados alteran las perspectivas políticas y añaden un boicot a la Casa Blanca para encontrar la dificultad, lo que perturba seriamente procedimientos gubernamentales cruciales, como la prueba de vapor.