“Ganaba y me ponía a llorar del dolor”
Written by rasco on January 24, 2023
Marc Márquez es uno de los mejores pilotos de la Historia del motociclismo, no solo español, si no mundial. Dominó Moto GP con puño de hierro entre 2010 y 2019, periodo en el que ganó 8 mundiales y perdió solo 2. Sin embargo, todo comenzó a torcerse para el de Cervera en 2020, en un campeonato atípico por el impacto de la pandemia, en el que sufrió el primero de una serie de accidentes que casi acaban con su carrera.
En el Gran Premio de Jerez, su moto le mandó por los aires, y la caída le produjo una fractura en el húmero. Nada especialmente grave para un piloto de su talla, que habría estado apenas un par de meses en el dique seco. Sin embargo, como el propio piloto ha confesado en una entrevista con la revista GQ, forzar para volver lo antes posible fue la peor decisión de su carrera: “Si no cuidas tu cuerpo, no puedes practicar tu deporte“. Una máxima que tuvo que aprender, precisamente, a base de dolor, operaciones, caídas y rehabilitaciones.
“Lo de Jerez ocurrió por culpa de mi mentalidad y mi ambición, pero todo lo que logré de 2013 a 2020 lo conseguí también por esa mentalidad y esa ambición, así que si coges los 10 años en conjunto, la balanza está equilibrada” matiza el piloto en la entrevista, intentado explicar por qué en aquel momento le pareció bien acortar los plazos y jugársela. Aquel primer incidente ya le costó dos operaciones en el mismo brazo, pero no serían las únicas. De hecho, ese mismo año le volvieron a abrir el brazo quirúrgicamente una tercera vez.
En 2021, las cosas no mejoraron en exceso, y Márquez acabó séptimo aquel Mundial, con apenas tres victorias. En cambio, 2022 se postulaba como el año de su regreso triunfal, aunque tampoco lo fue. En el segundo Gran Premio, el de Indonesia, volvió a sufrir una caída que le causó un periodo de diplopía (visión doble), y en lugar de ir a mejor, su estado físico solo fue retrocediendo hasta que no pudo más. “Honestamente, no sé ni cómo hice para ganar tres carreras en 2021”, relata, “pero todavía me explico menos cómo pude hacer quintos puestos o hasta un cuarto en Jerez al principio de la temporada 2022. Porque no tenía la cabeza en la competición, ni la cabeza ni el físico”.
“Hay un momento de la temporada, cuando llegan los grandes premios de Portimao y Jerez, que desactivo la cabeza y digo que no puedo más. Y es ahí cuando acudo a mis doctores de Madrid y les digo: ‘Aquí pasa algo en este brazo, porque voy para atrás. Me estoy machacando en el gimnasio, me estoy machacando en el fisio todos los días, pero esto está yendo hacia atrás, y cada vez voy peor, y cada vez hay más dolores‘. Es ahí cuando realmente empiezan a evaluarlo todo y ven que hay 34 grados de rotación en el húmero“ profundiza Márquez en su amarga experiencia con las lesiones.
Esta revelación cambió su perspectiva sobre las lesiones y sobre su propia carrera, que corría más peligro que nunca en esos momentos. Solo le quedaba una oportunidad para enderezar su brazo, y la aprovechó. “Por mi mentalidad, si sigo compitiendo es porque veo posibilidades de conseguir buenos resultados y de que el trabajo tenga una compensación. Tal y como ha ido mi carrera deportiva, competir por competir no tiene sentido para mí. No soy así”.
“Además, llegó un momento en que el sufrimiento superaba a la pasión, y me dije: ‘O le pongo remedio o no compensa seguir compitiendo’, porque me estaba restando mucha calidad de vida, no sólo era fracaso tras fracaso, sino también un dolor constante, y el dolor me cambiaba el carácter, ya ni siquiera sonreía” admite el piloto español con amargura. “Ganaba y me ponía a llorar, pero a mí lo que me sale cuando gano es festejar, celebrar, reír con los míos… Pues entonces me salía al revés y era a causa del dolor, del dolor que sufría constantemente en el brazo, que no podía olvidar”.
Sin embargo, los doctores de la Clínica Mayo (Rochester, Estados Unidos) le ofrecieron una última solución: la osteotomía humeral rotacional. “Mi abuelo era de los partidarios de que lo dejara, porque decía que ya tenía suficiente para vivir, él es muy directo en eso, y yo le dije: ‘Abuelo, te prometo que en el húmero es la última operación, pero déjame probar, porque hay una solución y me la están dando. Déjame probarla’. Y, dicho y hecho, la probé y ha cambiado la película”.
“El jueves del Gran Premio de Mugello estaba ya preparado para competir cuando me llamaron: ‘Oye, bájate de la moto, que hemos confirmado que tienes 34 grados de rotación y eso es inhumano, no sé qué estás haciendo con el brazo, pero es demasiado’. Siempre me habían dicho que más de 20 grados era ya una exageración y había 34″. Aun así, Márquez participó en aquella carrera, pensando que si algo salía mal, podía ser la última.
La operación fue exitosa, afortunadamente, aunque la recuperación fue un proceso largo de mucha fuerza de voluntad: “Tras la operación, le dije al doctor: ‘Mira, yo soy un animal salvaje al que tienes ahora mismo dentro de una jaula. Cuando la abras, voy a salir corriendo, así que ábrela sólo cuando me veas listo, cuando sepas que no va a haber riesgo’. Él lo entendió y me dijo: ‘Pues tres meses quieto’. Se lo pedí así porque ya había vivido la experiencia de precipitarme“.
Para la próxima temporada, Márquez se muestra cauto pero optimista: “El objetivo que me he marcado es la primera carrera en marzo. Entonces sabré cuál es el 100% de este brazo, que obviamente no será al 100% de un brazo completamente sano, pero hay que llegar al punto de que sea un brazo funcional y perfecto para montar en moto, y creo que vamos a llegar, porque noto que va mucho mejor“.
Buenas noticias para él, para sus fans, y para el motociclismo español,, aunque no quiere crear falsas expectativas: “Creo que es la primera vez en muchos años que no partimos como favoritos, ni siquiera estamos entre los tres o cuatro favoritos al título, sea por mi situación o por la situación de Honda, que tampoco está pasando por su mejor momento. Hay que ser realista, al menos en las primeras carreras, porque si no va a llegar frustración tras frustración”