El Real Madrid ahoga al Athletic y la Copa de la Reina vivirá un derbi en su gran final

La historia se forja a base de títulos. Ese es el ADN del Real Madrid en todas sus secciones. Y con esa motivación, la de aparecer en los libros de fútbol femenino de leyendas blancas, saltó el equipo de Alberto Toril al césped de Butarque para jugar la semifinal de la Copa de la Reina ante el Athletic, que sucumbió ante el conjunto merengue (0-4).

La lluvia de Madrid se detuvo justo antes del choque en Leganés, pero un aguacero cayó de todas formas sobre Las Leonas. La borrasca llevaba el nombre de Caroline Weir, por cuyas botas pasaron todos los goles que las madridistas hicieron en los primeros 50 minutos de juego, cuando dejó el campo con una ventaja abrumadora en el marcador para evitar lesiones innecesarias antes de la final ante el Atlético de Madrid.

Ya había dejado su firma de sobra. Fue la mano que vertió el primer jarro de agua fría sobre las vascas con un golazo que podría exponerse en un museo. La escocesa recogió un balón picado de Claudia Zornoza, que demostró que está plenamente recuperada de su lesión y presentó candidatura ante Vilda para ir al Mundial, y desde la cruceta en el interior del área clavó una vaselina. 

No tuvo respiro el equipo de Iraia Iturregi. A los dos minutos Linda Caicedo estrelló un balón en el palo tras recoger el esférico de un mal despeje de la zaga bilbaína, a la que le pasó factura la lesión de Valdezate. 

El Real Madrid amplió la ventaja cuando Weir volvió a iluminarse. Todos los balones iban dirigidos a la británica, que para esta ocasión salvó un pase para Athenea cuando casi pertenecía ya al Athletic. La cántabra devolvió la pared y ‘Sweet Caroline’ puso un centro medido para que Toletti la clavase en la red con una volea espectacular. Ese fue el tanto de la polémica, pues la exjugadora del Deportivo parecía estar ligeramente adelantada. Subió al marcador igualmente, porque el VAR no hará acto de presencia en la Copa de la Reina hasta la final.

Con dos abajo, el Athletic intentó acercarse. Su ocasión de más peligro fue tras un error de Kathellen que permitió a Amezaga robar y poner rumbo a la portería. En su camino se interpuso Kenti Robles, lo que obligó a echar el balón atrás y a poner un centro que terminó fuera de los dominios de Misa. 

Justo antes de marcharse a los vestuarios, Athenea dictó sentencia tras una combinación de fantasía con Weir y Feller que la francesa puso en bandeja para que solo tuviese que empujarla. El Real Madrid mató el partido al inicio de la segunda mitad cocinando el cuarto con una recuperación de Moller, un mal despeje de la defensa rojiblanca y un pase a la red de la ex del City.

El póker en el marcador propició que Toril, pensando ya en la final, sentase a la escocesa y a Zornoza para dar minutos a Teresa Abelleira y Sofie Svava. Solo entonces redujo su ímpetu el conjunto blanco, que pudo haber concedido el gol del honor en un penalti no señalado—por una mano de Kenti Robles—. No se movió más el luminoso.

Así se metió el Real Madrid en la final de este sábado, en la que se ha dado cita con uno de sus grandes rivales, el Atlético de Madrid, que ya sabe lo que es ganar esta competición.