El Barça y sus dudas, de visita trampa por Girona para mantener el liderato en Liga

El FC Barcelona visita este sábado (16.15 horas) el estadio de Montilivi para enfrentarse al Girona en la jornada que debería cerrar la primera vuelta del campeonato y coronar al campeón de invierno. Sin embargo, los partidos atrasados por la Supercopa de España y los escasos tres puntos que sacan al Real Madrid, segundo, no permitirán a los culés relajarse ante sus vecinos catalanes.

La imagen que han ofrecido los de Xavi Hernández en los dos últimos encuentros, ambos en el Camp Nou entre Liga y Copa del Rey, han dejado un sabor de boca extraño en la afición azulgrana. El equipo sigue ganando, algo positivo viendo la deriva de otros años, incluso cuando no juega bien. Sin embargo, el Barça ha necesitado jugar bien históricamente para ser fiable, y las pírricas victorias por 1-0 ante Getafe y Real Sociedad, pidiendo la hora en casa en ambas, arrojan más sombras que luces.

Además, no podrán contar todavía con Lewandowski, baluarte ofensivo por excelencia del equipo de la ciudad condal, que puede pasarlo muy mal ante un Girona peligroso al que no le hace justicia su posición en la tabla. Son equipos prácticamente hermanados, pero los gerundenses irán a por todas ante su público desde el minuto uno para alejarse lo más posible del descenso ahora que todavía están a tiempo.

De hecho, un triunfo de los de Míchel, en función de como vaya el resto de la jornada, podría incluso auparles y acercarles a la pelea por puestos europeos, en una zona media-alta de la clasificación que está más congestionada que nunca por estas fechas. Aunque llegan con bajas como David López o Reinier, nada comparado a las de sus rivales, sin el delantero polaco y sin Ferrán Torres, sancionado también.

Partido de necesidades poco acuciantes y nada evidentes, pero muy reales. Los blaugrana intentarán rescatar su versión más contundente, la de inicios de año, y los rojiblancos apelarán al calor de su público para comerle la moral a los barcelonistas, intranquilos todavía con el Madrid respirando en su nuca, a la espera de un fallo tonto o de un despiste que se viene intuyendo, pero no llega.