Current track

Title

Artist

Current show

📞 Contact Us

Have questions or want to speak with us directly?
Phone / WhatsApp:

📱 +1 (438) 488-3296

Or email us anytime at [email protected] and we’ll get back to you within 24 hours.

Current show

Upcoming show

🌴 Tropical Relajado

3:00 am 6:00 am

📞 Contact Us

Have questions or want to speak with us directly?
Phone / WhatsApp:📱 +1 (438) 488-3296

Or email us anytime at [email protected] and we’ll get back to you within 24 hours.


Docentes: ¿un encargo profesional para reparar los errores de los demás?

Written by on October 22, 2024

Tras el “asunto de la escuela de Bedford”, muchos comentaristas de actualidad recuperaron la idea de una orden profesional para los docentes en Quebec.

Debes saber que no puedes imponer un orden profesional. Esto va en contra de la naturaleza misma de lo que es este tipo de organización. De hecho, es un medio que los individuos se dan libremente para controlar el ejercicio de su profesión para que cumpla con ciertos estándares de calidad. Por lo tanto, no podemos establecer tal orden por la fuerza.

En 2002, la Oficina de Profesiones de Quebec (OPQ) tampoco recomendó la creación de una orden similar, indicando que el Estado ya garantizaba un control adecuado del trabajo de los docentes: “En el desempeño de su tarea, los docentes están sujetos a directrices más elaboradas que muchas profesiones regidas por el Código Profesional”.

Gestión

Así, un docente se rige por la Ley de educación pública, el régimen de educación básica, los distintos programas de formación de las escuelas de Quebec así como la progresión del aprendizaje, los convenios colectivos negociados con sus empleadores, las normas y modalidades de evaluación de los aprendizajes e incluso, como veremos, el Código Penal.

Una persona que se siente agraviada por el trabajo de un docente puede presentar una queja ante la dirección de la escuela en cuestión o ante su centro de servicios escolares (CSS), pero también ante el protector estudiantil de este CSS, ante el protector nacional de estudiantes o incluso ante el Ministro de Educación. La denuncia, según su naturaleza, también puede presentarse ante los distintos cuerpos policiales.

En resumen, un profesor está tan supervisado que tiene poca autonomía real, salvo la que le deja la cobardía o la ineficiencia de sus superiores. Porque este es el verdadero problema de la escuela de Bedford: el de la negligencia de quienes debían supervisar y supervisar el trabajo de los 11 profesores deficientes que allí se encuentran.

Cuando la dirección de esta escuela y el Centro de Servicios Escolares de Montreal (CSSDM) dicen que no disponían de los medios necesarios para intervenir, les corresponde demostrarlo públicamente. De lo contrario, ¿cómo se puede explicar que en el colegio de secundaria La Voie, que también es objeto de una investigación y que pertenece al mismo centro de servicios, un profesor que manifestaba su desprecio por el Islam haya perdido su licencia de profesor? De lo contrario, ¿cómo se explica que sólo hayan sido necesarios tres días después de la llegada de los acompañantes del Departamento de Educación a la escuela de Bedford para que los profesores implicados fueran suspendidos?

Investigación

Cuando un profesor se pone a rezar o se niega a intervenir en una clase mientras un alumno pierde el conocimiento como aprendimos, es impensable que no se hayan aplicado sanciones severas. Este es un grave error. Según la Carta de Derechos Humanos y Libertades de Quebec, un individuo debe acudir en ayuda de alguien cuya vida esté en peligro.

No se ha arrojado toda la luz sobre lo ocurrido en Bedford. Hay gente que mintió. Otros que sufrieron ceguera voluntaria. Una nueva investigación del Ministerio de Educación debe arrojar luz sobre estas zonas grises. El Ministro Drainville tiene el deber de ir más allá.

En conclusión, sólo podemos denunciar la inconsistencia del CSSDM que eliminó, el pasado mes de junio, por razones administrativas, un puesto de asistente en esta escuela en crisis. Esta es una prueba más de que tal vez debería haber más orientación y supervisión para lo que algunos de mis colegas en Montreal llaman un “centro de abuso escolar”. Quién sabe, ¿tal vez incluso una orden profesional para directores de escuelas y líderes de CSS?

Luc Papineau

profesora de francés


Descarga nuestra APP BEONERADIO
Google Play | Apple Store
www.be1radio.com
Instagram: @be1radio

Source link


AD
AD
AD