Crisis de vivienda en Rimouski: ayuda a estudiantes extranjeros a encontrar alojamiento pero “no puede salvarlos a todos”
Written by rasco on September 3, 2024
Desde hace 10 años, un residente de Rimousk ayuda a los estudiantes extranjeros que corren el riesgo de encontrarse en la calle al llegar al país, ofreciéndoles refugio temporal, ayuda y compasión.
“Cuando veo personas que dicen que no tienen dónde vivir, les doy alojamiento temporalmente si puedo o trato de encontrarles un lugar donde vivir”, explica Katy Pouliot.
En los grupos de búsqueda de alojamiento en Rimouski se publican cada día decenas de anuncios de estudiantes que buscan alojamiento. Y es principalmente a causa de los precios de las habitaciones o de los apartamentos, demasiado elevados para algunos estudiantes, que muchos se encuentran desesperados.
“Vemos 3 y medio a entre 800 y 900 dólares al mes, a veces más. ¡Es exorbitante! Hay muchos propietarios que se están aprovechando de la situación, es deplorable”, denuncia M.a mí Pouliot.
“No puedo salvarlos ni ayudarlos a todos”, respira.
Ayuda lo mejor posible
Desde hace casi diez años, esta vendedora de un concesionario Ford acoge en ocasiones en su casa a estudiantes de la Universidad de Quebec en Rimouski (UQAR) que llegan al país y que no han conseguido encontrar alojamiento.
“La primera vez fue un joven tunecino. No encontró nada y yo no quería que terminara en lugares desagradables, así que le ofrecí venir a vivir conmigo en la habitación de invitados”, continúa M.a mí Pouliot.
Desde entonces, el Rimouskoise ha acogido a varios estudiantes, procedentes en particular del Congo o del Senegal, a los que acoge a un precio más reducido.
“Cuando llegan aquí, solo tienen su ropa. Llegan a un país que no conocen, a otra cultura, no es fácil”, insiste.
Actualmente alberga a dos hermanos que vienen de Senegal y cuyas habitaciones no estaban disponibles antes de septiembre.
“Cuando puedan mudarse, les ayudaremos”, explica.
Precios exorbitantes
Desde primavera, Ma mí Pouliot y su socio Martin Leblanc se mudaron juntos. Por eso decidieron renovar completamente y alquilar la casa del hombre a estudiantes. Allí se instalaron cinco jóvenes estudiantes.
“Tardamos un fin de semana, sin siquiera hacer ningún anuncio para conseguir inquilinos. Allí todos pagan $500, todo incluido: muebles, sábanas, vajilla, luz e internet”, dice M.a mí Pouliot, que también les ayuda a ir de compras si es necesario.
Quien tiene el corazón en la manga espera que el mercado cambie rápidamente con las nuevas construcciones que se están realizando en Rimouski.
“Los propietarios de edificios antiguos no tendrán la opción de bajar los precios en algún momento, porque una casa antigua valorada en 1.500 dólares no tiene sentido”, afirma M.a mí Pouliot.
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