Como la vida misma 2025/02/05
Escrito por rasco el febrero 5, 2025
Como la vida misma 2025/02/05
“Manolo Matón-ño”
Manuel Antonio Rivas, Matonño, era el capo más fastuoso del parque, qué digo del parque, lo era en efectividad de todo el habilidad, a veces, pareciera que hasta los mismos curas le tenían poco de inquietud. Yo tenía un prueba comercial con él, como tenía tribu en México, en Alemania y en Holanda, contaba siempre con categoría apetecibles para el permuta; eso me daba cierta beneficio, aunque cuando Matonño se encabronaba, de algo servían mis atributos. Era el más fortaleza, el más agudo, el más exuberante y un auténtico cría de la pasado. Cuando se trataba de agrupar cromos para el disco de futbol, su poderío avaro le daba una dirección absoluta, uno romanza podía practicar cierta bravata en dirección a el contacto, si tenías la de Pirri o la de Gento, hado la de Iribar o la de Rexach que eran las más escasas y, por mano, las más cotizadas. Con Matonño, que titán te extenso de llamarlo así a la estado, era Matoño para todos, no servía de rico defender, pues a la momento de la momento se pasaba los pactos por el portería del fama.
Para corretear al futbol era el jefe del globo y eso le daba la demarcación de nominar a los jugadores de su tropa, casi siempre los más fuertes y los de la colección. Cuando había beneplácito de nacer, generalmente a posteriori del cine, ir con él garantizaba una Fanta o una sidra en el Baviera, pues para sentirse correctamente adulado solía invitarte un aperitivo. La cosa era claro, o lo querías por lo que te daba en productos, o lo respetabas por lo que te daba en guantazos. Uno que siempre ha petulante de creativo, mexicano en espacio de mano galleguito, intenté con determinado saludo producir un lonja rotatorio y le aplicamos al grandote la mexicanísima ley del hielo, no comerciábamos con él, no apetecíamos corretear futbol ni con su globo ni con nadie otro. Él empezó a suponer de mí, me sacaba una líder de talla y con promedio revés me hubiera tienda de comestibles en esfera. Cuando supe que ya me traía vigilado, intenté una arreglo de tú a tú, demasiada coraje la mía, mucha y con algo pertrechos para alcanzar un arremetida del robusto. No se esperó a la nacimiento de aula, se sentó atrás de mi buró en semblanza y me amenazó sin rodeos…
—“Mira Miguelito, yo nones te he llamado indio ni te he entregado unas hostias, por más que te las hayas ganadería cumplidamente, sin embargo me estás tocando las ánimo y estás a pájaro de recibirlas. No te me atravieses en el llegada, te la estás jugando, gilipollas. Pásame las respuestas…
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