Bugatti se vuelve híbrido con el Tourbillon con motor V16

Una nueva era amanece para Bugatti, ahora asociada con el fabricante croata Rimac.

Tomando el relevo del Chiron, el nuevo Tourbillon abandona el motor W16 de 8 litros con cuádruple turbocompresor por un motor híbrido que combina un V16 atmosférico de 8,3 litros (desarrollado con la ayuda de Cosworth) y tres motores eléctricos (dos delante y uno en la parte trasera). La potencia es de 1.775 caballos de fuerza, superando al Chiron Super Sport por poco más de 200 caballos de fuerza.

Para este coche que pesa como máximo 1.995 kg, el fabricante afirma acelerar de 0 a 100 km/h en 2 segundos, de 0 a 200 km/h en menos de 5 segundos, de 0 a 300 km/h en menos de 10 segundos y finalmente de 0 a 400 km/h en menos de 25 segundos. La velocidad máxima está limitada electrónicamente a 380 km/h, pero una llave especial permite acceder a un máximo de 445 km/h.

La transmisión es una caja de cambios de doble embrague y ocho velocidades, que ya no está situada en el túnel central sino detrás del V16, y está asociada a un diferencial de deslizamiento limitado electrónico. Por su parte, los motores eléctricos funcionan con una batería de 24,8 kWh (capacidad neta: 21 kWh) que permitiría recorrer más de 60 km sin quemar gasolina según el estándar WLTP (unos 50 km si queremos ser más realista). Una nueva era, dijimos.

Gran arte y precisión.

El nombre Tourbillon hace referencia al dispositivo relojero que aumenta la precisión de los relojes mecánicos. Según Bugatti-Rimac, nada delata más la edad de un coche que sus pantallas, por lo que detrás de su carrocería de fibra de carbono y sus puertas de élitrones se esconde una decoración decididamente analógica y atemporal.

Observemos especialmente el cuadro de instrumentos, montado no en el salpicadero sino en la columna de dirección: rivaliza en elegancia y complejidad con los mejores relojes suizos, además de estar protegido por un cristal de zafiro resistente a los arañazos. En ningún momento el conductor podrá perderle de vista al volante.

Naturalmente, los controles son ajustables y las opciones de personalización vuelven a ser casi infinitas. Si es necesario, se puede desplegar una mampara plegable encima del borde central.

Producción muy limitada

En términos de diseño, a pesar de las obvias similitudes con el Chiron saliente, la compañía afirma que todas las piezas y paneles son exclusivos del Tourbillon. La parrilla es más estrecha, los guardabarros son más anchos, la columna vertebral y el difusor trasero son más pronunciados, mientras que el coche es aproximadamente 25 mm más bajo.

La parte trasera del automóvil tiene una forma puntiaguda y no causa resistencia excepto cuando el alerón activo entra en acción. Allí están integradas las luces y, con ellas, el nombre Bugatti. Espléndido.

Mientras que el Chiron se limitó a 500 ejemplares, el Bugatti Tourbillon será aún más exclusivo. Están previstas la mitad de unidades y estarán destinadas a clientes que ya hayan adquirido un Bugatti o un Rimac Nevera. Cada uno por el equivalente a unos 5,5 millones de dólares canadienses, un poco menos que el Bugatti Bolide.