Tres aviones con 266 pasajeros a bordo fueron estrellados contra las Torres Gemelas y el Pentágono. Gobierno declaró ‘código rojo’. Víctimas sobrepasarían las 10.000. Un quinto avión, que se creía desaparecido, aterrizó sin problemas. 150 embajadas en Washington cerraron sus puertas.
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Esta es una reproducción de la crónica sobre los atentados publicada el 12 de septiembre del 2001.
El Tiempo
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“Esto es un segundo Pearl Harbor”, dijo en medio del dolor y la indignación el senador republicano Chuck Hagel. El senador, sin embargo, tal vez se quedó corto. De hecho nadie, ni el más atrevido de los guionistas de Hollywood, habría siquiera podido imaginar el impresionante ataque terrorista que sufrió ayer Estados Unidos.
En menos de una hora, kamikazes que habían secuestrado cuatro aviones comerciales en diferentes aeropuertos del país destruyeron por completo las Torres Gemelas de Nueva York, el corazón financiero del mundo, y sacudieron los cimientos del Pentágono (en Washington), emblema de de poder y seguridad de la superpotencia mundial, dejando miles de víctimas, heridos y un país en pánico.
El drama comenzó a las 8:45 de la mañana. A esa hora, mientras las Torres Gemelas comenzaban a llenarse con los más de 50 mil empleados que podían albergar diariamente, un avión de American Airlines (un Boeing 757) con 92 personas a bordo se estrelló de frente contra la parte superior de la Torre Norte. El avión cubría la ruta Boston-Los Ángeles. Solo 18 minutos después (a las 9:03 a.m.), cuando el país entero apenas se enteraba de esta tragedia inicial, un segundo avión, esta vez de la empresa United (Boeing 767) y que cubría la ruta Boston-Los Ángeles con 65 personas a bordo, se precipitó contra la torre sur.
No sé había disipado aún del humo que emanaba de los simbólicos edificios, cuando las cámaras de televisión apuntaron a Washington, la capital estadounidense, donde un tercer avión, esta vez de la compañía American Airlines (Boeing 757) y que había salido del aeropuerto local de Dulles rumbo a Los Ángeles, con 64 ocupantes, sacudía los cimientos del Pentágono. Además se anunciaba que el Mall, eje de monumentos nacionales y museos, ardía y corrió el rumor de que un carro bomba había explotado en el Departamento de Estado.
Hace dos décadas, EL TIEMPO registró los ataques contra las Torres Gemelas en Nueva York. Ese martes 11 de septiembre de 2001 fue publicada una edición extra. Al día siguiente, las páginas del diario impreso registraron lo sucedido con análisis, relatos de sobrevivientes y cronología de los hechos. El portal ELTIEMPO.COM sirvió de plataforma para que familiares de colombianos en esa ciudad se contactaran con ellos. El canal Citytv, de esta casa editorial, mostró las imágenes y los testimonios que dejaron los atentados. Desde ese momento, cada año, periodistas de este diario han documentado el desarrollo noticioso de este acontecimiento. Reviva aquí cómo fue el cubrimiento.
Hace dos décadas, EL TIEMPO registró los ataques contra las Torres Gemelas en Nueva York. Ese martes 11 de septiembre de 2001 fue publicada una edición extra. Al día siguiente, las páginas del diario impreso registraron lo sucedido con análisis, relatos de sobrevivientes y cronología de los hechos. El portal ELTIEMPO.COM sirvió de plataforma para que familiares de colombianos en esa ciudad se contactaran con ellos. El canal Citytv, de esta casa editorial, mostró las imágenes y los testimonios que dejaron los atentados. Desde ese momento, cada año, periodistas de este diario han documentado el desarrollo noticioso de este acontecimiento. Reviva aquí cómo fue el cubrimiento.
Humo, vidrio y metal
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Pero la tragedia estaba lejos de terminar. En un abrir y cerrar de ojos las dos torres, que hasta el momento se mantenían en pie, se precipitaron por completo ante la estupefacción del mundo. Nueva York se cubría de humo, polvo, vidrio y metal. “Fue horrible. Vi cómo las personas que se encontraban dentro del edificio se lanzaron por las ventanas cuando los edificios comenzaron a derrumbarse. Era una muerte segura pero igual se lanzaron”, afirmaba una mujer que entre sollozos relataba los sucesos.
Mike Smith, jefe de bomberos que tuvo que ser evacuado por las múltiples heridas que recibió tratando de rescatar a cientos de personas que se encuentran atrapadas en los escombros, dio también un aterrador testimonio: “Era un escenario de pesadilla, gente envuelta en llamas, todo el mundo gritaba, lloraba, corría, policías, bomberos, todo el mundo”.
En medio de las imágenes dantescas, crecía la incertidumbre por el paradero de los otros dos aviones que American y United Airlines declararon…