Aplazamiento del primer vuelo de prueba de Starship, el cohete más grande del mundo

El primer despegue de Starship, el cohete más grande del mundo, no se realizará este lunes debido a un problema técnico encontrado durante los últimos minutos de los preparativos, anunció SpaceX.

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El despegue de este gigante estaba previsto desde la base espacial Starbase, en el extremo sur de Texas, en Estados Unidos.

Sin embargo, las tripulaciones de SpaceX continuaron ejecutando la cuenta regresiva y simulando operaciones de despegue como un ensayo general, que se detuvo justo antes de la hora de lanzamiento programada.

Las fechas de reserva son posibles durante la semana. “Esperamos un mínimo de 48 horas antes de que podamos volver a intentar este vuelo de prueba”, dijo un empleado de SpaceX durante el video en vivo de la compañía.

“Una válvula parece estar congelada”, tuiteó el jefe de SpaceX, Elon Musk, anteriormente.

Desde su altura de 120 m, Starship pertenece a la categoría de lanzadores superpesados, capaces de transportar más de 100 toneladas de carga a la órbita. Su potencia de despegue debe ser más del doble que la del legendario Saturno V, el cohete del programa lunar Apolo (111 m).

Está destinado a viajes a la Luna y Marte.

Este gigante negro y plateado, que funciona con oxígeno líquido y metano, nunca ha volado en su configuración completa, con su primera etapa súper poderosa, llamada Super Heavy.

Únicamente la segunda etapa del vehículo, la nave espacial Starship que por extensión da nombre a todo el cohete, realizó pruebas suborbitales (a unos 10 km de altitud).

El plan de vuelo para el lunes era el siguiente: unos tres minutos después del despegue, el Super Heavy se separaría y volvería a caer en las aguas del Golfo de México. La nave Starship luego tuvo que continuar su ascenso por su cuenta y completar un poco menos de una circunnavegación de la Tierra antes de volver a caer en el Océano Pacífico.

Pero este era el “mejor escenario”, había indicado SpaceX, ya que el resultado de la prueba es incierto.

“Mañana probablemente no será un éxito, si con eso nos referimos a alcanzar la órbita”, dijo Elon Musk el domingo por la noche, hablando con sus seguidores a través de Twitter.

“Si vemos algo que nos preocupa pospondremos el vuelo”, advirtió.

Cuando se intenta despegar, el multimillonario simplemente deseó no destruir la plataforma de lanzamiento.

Su temor: que uno de los 33 motores Raptor de Super Heavy explotara y causara un “efecto dominó” al propagarse a otros. “Seguramente llevaría varios meses reconstruir la plataforma de lanzamiento si la fundimos”, dijo.

El objetivo principal es recopilar la mayor cantidad de datos posible para los siguientes prototipos.

Totalmente reutilizable

Este vuelo inaugural iba a ser seguido muy de cerca por la NASA. La agencia espacial estadounidense ha elegido esta nave espacial para llevar a sus astronautas a la Luna por primera vez en más de medio siglo, durante la misión Artemis III prevista oficialmente para 2025.

Los astronautas despegarán por separado a bordo del nuevo megacohete de la NASA, SLS (98 m de altura, con una potencia de despegue casi el doble de la prevista para Starship).

Viajarán a la Luna en la cápsula Orión, que luego se acoplará con la nave espacial Starship, previamente colocada en órbita lunar. Es él quien traerá a los astronautas a la superficie de la Luna. Sin este módulo de aterrizaje, Artemis III no puede tener lugar.

En el futuro, el cohete debe ser totalmente reutilizable. Super Heavy tendrá que volver a aterrizar contra su torre de lanzamiento, equipado con brazos para atraparlo.

La nave espacial Starship tendrá que volver a aterrizar en la Tierra usando retrocohetes. Fue esta maniobra la que se intentó varias veces en 2020 y 2021. Luego, varios prototipos descendieron demasiado rápido y golpearon el suelo en explosiones impresionantes, antes de que uno de ellos finalmente lograra aterrizar.

La idea de un lanzador reutilizable, la gran estrategia de Elon Musk, es bajar los precios. Cada vuelo de Starship podría costar en última instancia solo “unos pocos millones” de dólares, dijo el domingo.

El cohete ya tiene clientes: su primer vuelo tripulado está planeado en sociedad con el multimillonario estadounidense Jared Isaacman.

Otro multimillonario, el japonés Yusaku Maezawa, y el empresario estadounidense Dennis Tito (el primer turista espacial de la historia) también han anunciado que embarcarán para dar una vuelta a la Luna.

Pero para Elon Musk, Starship es sobre todo la nave que debería permitir a la humanidad convertirse en multiplanetaria: “Tenemos un arduo camino de dos o tres años por delante. […]pero al final, deberíamos tener algo que nos permita establecer una base en la Luna y en Marte”.