Los aranceles aduaneros, pieza central de la política de Trump, en juego ante el Tribunal Supremo
Written by rasco on November 5, 2025
Los aranceles aduaneros, pieza central de la política de Trump, en juego ante el Tribunal Supremo
¿Puede Donald Trump utilizar su arma favorita, la imposición de derechos de aduana en todo el planeta, como le plazca? Ésta es la cuestión que sopesa el miércoles el Tribunal Supremo, predominantemente conservador, ante la constante ampliación del poder presidencial en juego.
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Desde su regreso a la Casa Blanca en enero, Donald Trump ha hecho de los aranceles aduaneros el alfa y omega de su política económica, o incluso de su política en general.
Se enorgullece de poder, a través de este medio de presión, no sólo reindustrializar el país y reducir su déficit comercial crónico, sino también, como sanción contra México, Canadá y China, frenar la crisis del fentanilo, un poderoso opiáceo que mata a decenas de miles de estadounidenses por sobredosis cada año.
El presidente republicano invocó la ley de emergencia económica IEEPA de 1977 para decretar bajo su exclusiva autoridad dos oleadas de derechos de aduana, alegando que el déficit comercial estadounidense, aunque crónico durante décadas, representaría una “emergencia nacional”. Asumió así el poder de aumentarlos o reducirlos a su gusto.
Las empresas afectadas y los estados demócratas han impugnado ante los tribunales estas decisiones ejecutivas unilaterales que invaden las prerrogativas del Congreso.

MEGA/WENN
Varias jurisdicciones federales han declarado ilegales estos derechos aduaneros -distintos de los que afectan a sectores específicos, como el automóvil o el acero- que, sin embargo, siguen en vigor a la espera de una decisión del Tribunal Supremo.
“Indefenso”
El ejecutivo insta a los nueve jueces, seis conservadores y tres progresistas, a preservar lo que presenta como una palanca de influencia vital.
“Con derechos de aduana somos un país rico, sin derechos de aduana somos un país pobre”, resume en su argumento el asesor jurídico del Gobierno, John Sauer.
Se trata de una “cuestión de vida o muerte para nuestro país”, añadió el martes Donald Trump en su red Truth Social, prometiendo “seguridad financiera y nacional” en caso de éxito en el Tribunal Supremo.
“De lo contrario, estaremos prácticamente indefensos frente a otros países que se han estado aprovechando de nosotros durante años”, afirmó.
El ministro de Finanzas, Scott Bessent, asistirá personalmente a los debates por petición expresa de Donald Trump, anunció la Casa Blanca.
“El gobierno afirma que el presidente puede imponer aranceles a los estadounidenses cuando quiera, al ritmo que quiera, a cualquier país y producto que quiera, y durante el tiempo que quiera, simplemente proclamando que los déficits comerciales de larga data de Estados Unidos son una ’emergencia’ nacional”, responden los abogados de una de las empresas demandantes.
“El presidente puede incluso cambiar de opinión mañana y pasado mañana”, señalan, en referencia a los numerosos cambios de opinión de Donald Trump en materia de política aduanera.
“Es el Congreso, no el presidente, quien decide si gravar o no, y en qué medida, a los estadounidenses que importan bienes”, recuerdan los 12 estados demócratas implicados, instando al Tribunal a no dejarle “asumir este poder”. “Gravar los tomates no ‘soluciona’ la crisis del fentanilo”.
Alternativas
La Corte debería pronunciarse al final de su sesión anual a finales de junio, pero su decisión podría llegar rápidamente.
También debe pronunciarse sobre otras cuestiones relativas al alcance de los poderes presidenciales, en particular la destitución de los jefes de organizaciones independientes, en particular en la Reserva Federal (banco central).
Los expertos ponen en perspectiva el discurso apocalíptico de la administración Trump en caso de que se rechace su recurso, subrayando en particular que siempre puede invocar otros textos para imponer derechos de aduana, aunque con menos flexibilidad.
En cuanto al impacto sobre la riqueza nacional o las finanzas públicas, sería insignificante, estima Scott Lincicome, vicepresidente del grupo de expertos libertario Cato Institute para economía y comercio.
Según cálculos de la Fundación Fiscal, escribe en el Correo de Washington“entre 2025 y 2054, la deuda pública aumentará del 99,9% del PIB al 164,1% con derechos de aduana, y al 171,5% sin ellos. O, en el mejor de los casos, una silla menos en la cubierta del Titanic.
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