Para mantenerse delgado, ¡debe comer especialmente menos!
Written by rasco on August 17, 2025
Para mantenerse delgado, ¡debe comer especialmente menos!
Investigaciones recientes confirman que la obesidad se relaciona principalmente con un exceso de contribución de calorías y no a la falta de actividad física.
La obesidad se ha convertido en una de las principales causas de mortalidad, siendo directamente responsable de más de 4 millones de muertes cada año en todo el mundo.
El desarrollo económico de las sociedades parece representar uno de los principales motores de esta crisis de obesidad moderna: por ejemplo, mientras que la obesidad fue un fenómeno muy raro en 19mi Century (y todavía permanece hoy en las comunidades tradicionales de agricultores y recolectores), se ha vuelto muy común en los últimos 50 años en la mayoría de las poblaciones industrializadas del mundo.
Desequilibrio energético
Básicamente, el aumento de peso es el resultado de un desequilibrio causado por un consumo de calorías que excede las necesidades de energía del cuerpo.
Dos cambios principales aportados por el estilo de vida moderno pueden promover este desequilibrio: 1) La mayor disponibilidad de alimentos que fomenta el consumo excesivo de calorías y 2) la disminución de la actividad física asociada con el desarrollo económico (las poblaciones industrializadas son mucho menos activas físicamente que las comunidades tradicionales de agricultores y recolectores).
Sin embargo, la contribución exacta de estos dos aspectos del estilo de vida moderno a la crisis de obesidad actual sigue siendo poco conocida: ¿nos hemos vuelto demasiado grandes porque comemos demasiado o porque no gastamos suficientes calorías?
Gasto de energía constante
Para responder a esta pregunta, un equipo de investigadores comparó los gastos de energía de 4,213 hombres y mujeres que viven en docenas de países con condiciones socioeconómicas muy variadas (países industrializados, cazadores-recolectores, agricultores) (1).
Para medir con precisión estos gastos de energía, un método de referencia elegante es usar agua pesada, donde el hidrógeno es reemplazado por su isótopo, deuterio (por lo tanto D2O en lugar de h2O).
Cuando quemamos calorías, ciertos átomos de oxígeno presentes en el agua se utilizan para producir dióxido de carbono (CO2) que expiramos. Al medir el exceso de hidrógeno pesado en la orina de una persona unos días después de beber agua marcada, los científicos pueden estimar la cantidad de oxígeno transformado en dióxido de carbono y, por lo tanto, muy precisamente la cantidad de energía metabólica quemada.
Los resultados obtenidos por este método son muy sorprendentes: los habitantes de los países desarrollados económicamente, aunque menos activos físicamente, gastan aproximadamente el mismo número de calorías todos los días que los que viven en países menos industrializados que son más activos.
Parece que el cuerpo tiene mecanismos de control que buscan mantener nuestro gasto energético total en un nivel constante: por ejemplo, si hacemos mucho ejercicio, el cerebro disminuirá a cambio del metabolismo básico para compensar. Los mecanismos moleculares en cuestión siguen siendo mejor entenderse, pero sin embargo parece claro que el estilo de vida sedentario no es la causa principal del fuerte impacto de la obesidad en los países ricos.
Sospechoso número 1: alimentos ultra formados
En otro componente del estudio, los investigadores notaron una fuerte correlación entre un porcentaje de grasa corporal más alta y el consumo de alimentos ultra formados. La contribución de estos alimentos industriales a la epidemia de obesidad también está respaldada por una gran cantidad de estudios que han observado una asociación entre el consumo de estos productos y el impacto de la obesidad. (2).
El efecto obesogénico de estos alimentos se deba a una combinación de factores, en particular sus propiedades orosensoriales particulares (textura suave, ausencia de fibras) que fomentan el consumo excesivo de calorías, su muy alta densidad de energía, así como su contenido en diversos aditivos (emulsionantes, en particular) que interrumpen el metabolismo.
En resumen, estos resultados indican que una modificación de los hábitos alimenticios, en particular con respecto a los alimentos industriales ultra formados, representa la prioridad absoluta para luchar contra la obesidad. Esto no significa que la actividad física no sea importante: por el contrario, el ejercicio es posiblemente el aspecto del estilo de vida que tiene la influencia más positiva en la salud, tanto física como mental.
Sin embargo, en términos de control del peso corporal, es ante todo que comemos diariamente el que sigue siendo el aspecto más importante. El mismo razonamiento se aplica para aquellos que desean perder peso: es ante todo una disminución en la contribución de calorías que debe priorizarse para llegar allí. Parafraseando el viejo adagio, no tiene sentido correr, tienes que comer a tiempo.
Referencias
(1) McGrosky A y Coll. Gasto de energía y obesidad en todo el espectro económico, Proc. Natl acad. Sci. Estados Unidos 2025; 122: E2420902122.
(2) Juul F et al. El papel de los alimentos ultra procesados en la obesidad. Nat. Rev. Endocrinol.publicado el 14 de julio de 2025.
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