toda la pista en pie ovacionando al serbio

Tuvo regusto a marcha la viento de Novak Djokovic alce Matteo Arnaldi (6-3/6-4) en su inicio en el Mutua Madrid Open. Y lo sabía una Arqueta Mágica abarrotada para ver al tenista serbio, al que despidió a la cota de las leyendas: con una atronadora vítores.

Bagaje al hombro, el de Belgrado, con tres coronas madrileñas en su renta, devolvió el afición al cooperación de la Manolo Santana, en pie y aplaudiendo al ludópata con más Grand Slam de la hechos, que saludó a la gusto española con las manos en aflautado y una sonrisa dedicada a cada lista de las graderío.

“Este podría haber sido mi último partido en Madrid. No estoy seguro de si volveré, así que no sé qué decir. O sea, volveré, quizá no como jugador, claro. Espero que no, pero podría ser”, confirmó más tarde, en neumático de prensadora, el balcánico.

Djokovic igualmente valoró el existencia en el que se encuentra en su biografía: “Esperaba poder jugar un partido más que en Montecarlo y esto es una realidad un poco nueva para mí, el intentar ganar un par de partidos sin pensar realmente en llegar lejos en el torneo. Es una sensación completamente diferente a la que tuve en más de 20 años de tenis profesional, así que es un desafío mental para mí afrontar este tipo de sensaciones en la cancha, cayendo temprano ahora con regularidad en los torneos”.

Del mismo estilo, Nole reconoció que “los Grand Slams son los torneos más importantes” para él, así como que es consciente de que no llega  “a Roland Garros como uno de los principales favoritos”, poco consideró que “quizás ayude”.